Capitulo 1

58 1 0
                                    

Mis ojos se comenzaron a abrir para encontrarse con un rayo de luz e inmediatamente cerrarse debido a esta, me estaba costando más trabajo del que creía, el adaptarse a estos tiempos era difícil. Todo era tan complicado y tan extraño, todas las cosas eran muy raras y tenían nombres complicados, el hecho de cubrirse con unas telas extrañas y delgadas a las cuales les llamaban ropa ya era descabellado para alguien como yo, pero no siempre hacia caso, había ocasiones en los cuales no me ponía nada encima mientras me encontraba en mi pirámide minituatura llamada "casa".

Pero en esas ocasiones la señora que me había dado a luz en esta vida se encargaba de regañarme y ordenarme que me vistiera con una frase como "No eres un animal para estar sin ropa paseteándote por la casa Harry", aunque la mayoría del tiempo era una persona muy dulce y atenta hacia mí y la que es mi hermana. Era extraño volver a tener alguien que cuide de ti con todas estas cosas alocadas que diariamente nos rodean y ellos por ser de estos tiempos lo vean normal.

Todo era diferente pero gracias a los conocimientos que me fueron otorgados de esta extraña forma de vida cuando desperté de mi sueño lograba saber cómo dominar bien unos artefactos con nombres como iPhone, laptop y cosas así. El hecho de que lograra comprender como funcionaban y para que fueran no les restaba asombro y admiración a mi gesto cada vez que veía uno de estos artefactos, pero más asombroso el ver como día a día cada uno lograba hacer más cosas hasta ahorrar completamente la fatiga.

Aunque el hecho de que estos llegaran a hacer todo por nosotros también me causaba un gran escalofríos, a mí al ver todas estas cosas eso no me parecía tan lejano y los demás parecía no importarles en absoluto esto, yo no quería utilizar mucho este tipo de cosas por el miedo de que estas hicieran todo por al grado de no ser necesario. Quería evitar el hecho de ser remplazado por un trozo de metal, yo nunca me permitiría eso.

Aleje todos esos pensamientos de mi mente para dar paso al levantarme y arreglarme para ir a mi primer día en la universidad según me había explicado mi mama y mis compañeros pasaría el resto de mis estudios viviendo ahí, la verdad es que no me agradaba mucho esa idea de vivir tan cerca de ese lugar llamado escuela pero no tenía opción tenía que hacerlo.

Sin mucho ganas de marcharme de aquel acogedor lugar que se hacía llamar casa tome mis cosas y me dirigí hacia la cocina donde me esperaba mi mama Annie, en verdad me parecía un nombre hermosa para una mujer y yo adoraba a mi mama de esta vida al igual que la de la anterior. Creo que es la única mujer que he llegado a amar, ya que del amor del que he visto que muchos hablan que es de amar de una forma diferente a una persona que no sea tu amigo o familia, nunca.

Es extraño pero no lo creo algo muy bueno ya que sufren mucho por nada y al final no pienso que sea algo que valga mucho la pena como arriesgar tu vida por proteger a quienes lo necesitan, aparte de que muchas personas de estos tiempos se preocupan más por cosas superficiales y son amores que se basan en lujuria y cosas en las cuales el amor no debería estar.

- Harry, mi vida ¿Estas bien?-

Pregunto la dulce voz de mi madre sacándome por completo de mis pensamientos, yo tan solo fui capaz de asentirle con mi cabeza mientras terminaba de comer la comida que ella había hecho para mí en forma de despedida. No nos tomó mucho tiempo terminar a todos con nuestra comida, en cuestión de un rato yo ya me encontraba listo para irme al nuevo recinto donde habitaría hasta terminar mis estudios o hasta que me rindiera según mis amigos.

Yo me encontraba acomodando mi "ropa" mientras sentí unos pequeños pasos acercándose a mí, mi mirada se encontraba en el suelo por lo cual la alce para encontrarme frente a mí a mi hermana Gemma la cual me miraba directamente sin soltar ni una solo palabra, sus ojos tomaron un gran brillo de un momento a otro y sin yo percatarme ni entender lo que ocurría mi hermana me abrazaba fuertemente con su rostro escondido en alguna parte de mi pecho cuando de la nada su voz en una forma más aguda que la de costumbre se dirigía a mí.

50 Plumas De Quetzalcoatl (Temporalmente pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora