Celos.

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Cuándo los celos se presentan ante mí nada importa, sólo puedo hacer caso a este deseo criminal, asesino, animal... Un sentimiento de odio tan puro que me pudre por dentro, un sentimiento que hace que mi sangre hierva y mi carne escueza.
Si ahora mismo la tuviese delante sería capaz de herirla y creedme que de manera grave... La estrangularía con mis manos, le partiría las putas piernas de ensueño que tiene, y la cara contra un bordillo de manera que jamás se le borrase la sonrisa, si la tuviera delante... Tantas cosas se me ocurrirían, tantas torturas que me saciasen estos celos enfermizos.

...

Cuándo de repente entre tanto pensamiento asesino un haz de lucidez aparece me pregunto por qué y poco tardan las respuestas en aparecer.
Te mataría por haberlo besado, te mataría por haberlo tocado, te mataría por ponerle más que yo, te mataría por haber entrado en su vida con más facilidades de las que yo estoy teniendo, te mataría por que te considera su amiga, te mataría porque te aprecia y sinceramente te mataría porque me place...
(Lluvia ácida sobre mi almohada.)








'Estas loca.'

No estás loca, hoy me he dado cuenta.
Plasmas tus ideas cuando alcanzan un momento extremo... Como cualquier persona lo hace, cada uno a su manera.
Sólo que pocos tenemos el privilegio de saber hacerlo para adentro, de saber que ese momento de animal rabioso, ese momento cuando alcanzas al fin y al cabo un estado colérico, saber canalizarlo para que no afecte a tu vida de una manera trágica.

Anhada.

Anhada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora