Destrozada

23.

POV del Autor

Hay una pantalla entre ella y el asiento del conductor. No sabe qué hacer, pero no puede deshacerse de la sensación de que hay mucho en camino.

Ella nota los edificios que pasan y el camino con tanto interés. Y está intimidada por cada cosa de esta ciudad. Es enorme... Incluso si en el futuro logra que Noah Miller comprenda que no quiere vivir con él ¿qué se supone que debe hacer si no conoce este lugar? Su mente sigue jugando con sus palabras o sus acciones futuras.

El viaje continua durante veinticinco minutos, dándole tiempo suficiente para recordar su boda o su tiempo con él. Y la incertidumbre sobre su situación la está comiendo. Pues, ella nunca quiere aceptarlo como esposo y, aunque lo haga, sabe que él solo la verá como una niña indefensa y maltratada que depende de él. Una lágrima escapa de su ojo. Y de pronto se encuentra en un enorme estacionamiento y el auto se detiene.

Un hombre alto y voluminoso, con un traje negro, le abre la puerta. Ella solo lo mira y traga saliva.

"¿Señora Miller?" Ese hombre llama su atención. Y cuando finalmente logra salir de su trance, sale del auto. La persona le muestra el camino hacia un ascensor y la acompaña en él. El espejo de cristal le hace ver al hombre parado detrás de ella. Parece una estatua que solo mira hacia adelante. Esto la hace poner más que nerviosa y solo reza para salir del ascensor lo antes posible.

Se escuchan palabras del hombre diciendo que ya están llegando y el ascensor se detiene, mostrando a una mujer de color de unos cincuenta años.

"Gracias por traer a la Sra. Miller". La mujer sonríe al hombre detrás de ella cuando Sydney entra en un apartamento.

"Déjame mostrarte el camino a tu habitación, cariño. O podemos hacerlo después de que te sirva un refresco". La mujer sonríe, a lo que Sydney también responde con una curvatura de sus labios.

Sydney no sabe quién es ella y dónde está. ¿Vive él aquí? ¿Se supone que viviré aquí con él? Muchas cosas resuenan en su mente cuando entra en una hermosa y espaciosa suite. Y siguiendo el ejemplo de esa mujer entra en la sala de estar. La mujer le sirve un poco de jugo de naranja que acepta diciendo mansamente:

"Gracias."

"De nada." Dice esa mujer mientras se sienta frente a ella en otro sofá.

En el momento en que esa mujer ve a Sydney descansando el vaso después de un sorbo, continúa:

"Soy la Dra. Smith. Pero puedes llamarme Amancia. Soy la persona asignada para acompañarte durante tu estadía aquí".

Sydney procesa sus palabras. Ella no sabe por qué la está acompañando. Entonces, ella pregunta:

"¿Y mi estancia aquí incluirá?"

"Chequeo de rutina normal. Sé que permanecer en el hospital puede ser un poco agotador, pero no exactamente cuando estás en la habitación de lujo". Ella le informa y su rostro cae. Ella no tenía idea de lo que hizo para estar aquí. ¿Es acaso porque quiere ver si estoy sana o no? Se le hace un nudo en la garganta. Ya es de noche y está cansada, pero ahora teme los resultados.

"Veo que estás cansada, puedes descansar y podemos tomar las muestras mañana". La doctora dice con la media sonrisa y espera su respuesta.

Ella asiente tomando otro sorbo del vaso. Amancia le muestra el camino después.

"¿Qué tipo de pruebas habrá?" Sydney pregunta una vez que se detienen frente a una habitación.

"Casi todas las pruebas. ¿Será agotador? ¡Sí! Pero no dan tanto miedo como suenan. Verá a un nutricionista ya que se nos ha pedido que se desarrolle una rutina de dieta para usted. Y algún otro especialista. Pero solo se permitirá que te ausculten cuando te sientas lista..."