Entonces.

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Me está mirando lo sé. Puedo mirarlo de reojo mientras la abraza y por sobre el horrible cabello rizado de Annie veo sus penetrantes ojos verdes directos hacia mi.

Annie está sonriendo, pero después de todo, ¿Quién no iba a estar sonriendo en sus brazos?

El tiempo se hace eterno y mientras pasa, puedo imaginar cómo me ve.

Pobre, debe estar pasándola fatal sin mi.

Y lo más horrible es que es cierto.

Por los altavoces resuena mi nombre y una luz intensa me señala y me hace despertar.

Mi rostro se alza sobre la gran pantalla de tela y todos se quedan un momento mirándome.

Este es mi momento, pienso.

Me levanto con una sonrisa y camino a paso lento al estrado. La luz intensa sigue señalándome. Cientos de personas me miran y yo en medio de mis cursilerías solo puedo distinguir un par.

Me lleno de valentía y me acerco al micrófono.

—Cuando pise por primera ésta escuela tenía claras dos cosas, la primera, era que empezaba un ciclo nuevo de mi vida, pero luego pasé por el salón del Profesor Chace y decidí que tenía que salir de ahí.

Una ola de carcajadas llenó el auditorio.

Al fondo el Profesor Chace me sonrió.

—En el buen sentido—aseguro—Público presente, directivos y compañeros.

Harry me mira directamente.

Le sonrío y mi discurso continúa, fluido, con un par de risas y por sobre todo emotividad. Cuando termino no quiero mirar a nadie, solo miro mi asiento vacío y mientras la ola de aplausos invade el auditorio sonrío.

Annie me mira victoriosa, casi puede soportar que yo La Haya vencido en el concurso de oratoria, siempre y cuando ella se haya quedado con el chico. Porque todos los problemas de chicas de preparatoria eran sobre chicos ¿verdad?

Bajo del estrado y la ceremonia da fin con un breve discurso de la directora, todos estamos listos para dejar la carcel que llamamos escuela y llegar a la libertad de la universidad.

Cuando estamos en medio de la sesión fotográfica una mano en la espalda me sorprende.

—Te ves realmente hermosa Mía—ni si quiera lo miro, no me voy a molestar.

Analizo rápidamente la multitud frente a mi y encima de todas las cabezas se alza mi salvador.

—¡Liam!—grito y camino lo más rápido que puedo hacía el—¿Nos tomamos una foto?

Liam suelta una carcajada y asiente, me da un beso en la frente y murmura.

—¿Puedo romperle la cara de arrogante?

Suelto una carcajada.

—Claro que puedes, pero no lo harás ¿Verdad?

Liam pone los ojos en blanco y coloca su mano en mi espalda. Giro la mirada y siento que mi corazón se detiene.

La está besando, justo frente a mi, a propósito.

Time After Time. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora