Mírame solo a mí | Mitake

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Crisantemos y lirios, dos tipos de flores realmente bellas, con colores suaves: blancos, rosas, amarillos. Lindas, delicadas, esparcidas por el amplio campo, moviendo sus pétalos con delicadeza por la brisa fresca y reposando bajo el sol.

La luz no dañaba el crecimiento de las flores; la iluminación era perfecta. Los ríos de agua vagaban por el campo, humedeciendo las tierras y alimentando las raíces. Todo parecía un sueño. Las sensaciones me hacían suspirar de tranquilidad; era tan feliz, tan mágico.

Caminar entre las flores era como caminar sobre las nubes. Cada paso era como respirar por primera vez después de ahogarse, o quizás como recibir un abrazo de la persona que amas, o como escuchar nuevamente la voz de esa persona que perdiste.

Caminar entre las flores se volvió relajante. Inhalaba aire fresco y exhalaba todas mis preocupaciones, que se aferraban a mi alma. Caminar entre las flores me hizo sentirme un niño nuevamente, como si estuviera corriendo por la pradera, sintiendo la brisa en mis cabellos y los rayos de sol en mi rostro, oliendo el aroma de cada una de esas flores.

Caminar entre las flores me hacía sentir vivo. Veía tantos colores y sentía que todos mis sentidos podían relajarse después de estar años en alerta. Por fin podía dejar descansar a mi cerebro de tantos pensamientos, y por fin mi corazón dejaba de latir con ansiedad.

Una vez escuché que dejar de vivir era la nueva vida. Las flores me entregaban esa nueva oportunidad. Seguir vivo significaba morir, pero morir no sería una pesadilla. Caminar entre esas flores me ofreció un nuevo sentimiento, uno que había descubierto hace años, pero que recién entendía por completo.

No anhelaba vivir, pero caminar entre las flores era estar vivo a un costado de la muerte. Me gustaba caminar entre los crisantemos y lirios porque ellos me hablaban y los escuchaba, porque me entendían y los adoraba. Los crisantemos no me dañaban, y los lirios me hacían entender que no siempre el dolor era malo.

Amaba caminar entre las flores porque eso significaba alejarse de todos. Eso significaba ser feliz.