"Quizás cinco es un exceso, pero cualquier número menor se sentiría demasiado solitario. Porque a veces, la compañía es lo único que mantiene a raya el vacío."
『Eddsworld x lectora ❀』
este fanfic y el resto que planeo hacer están hecho específicamen...
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Tom está sentado en su cama, encorvado, con los codos apoyados en las rodillas y sus cuencas pesadas, rodeados por el cansancio y la hinchazón que deja una resaca por el peso del alcohol que aún resuena en su cuerpo. En la mesa de noche, una botella vacía descansa como un recordatorio silencioso de la noche anterior, mientras Susan se encontraba en su regazo. Sus manos jugaban con el bajo, pero su mente estaba en otro lugar..
Cada vez que intentaba despejar sus pensamientos, se encontraba atrapado en el mismo recuerdo: el beso. No era solo el acto en sí, sino todo lo que representaba. La sensación de sus labios, el breve momento en que se permitió ser vulnerable, y el torbellino de emociones que lo había acompañado desde entonces. Ahora, la resaca no era solo física; era emocional.
Con un suspiro frustrado, apartó a Susan a un lado con cuidado y se dejó caer de espaldas sobre el colchón. Cubriéndose el rostro con ambas manos, sus mejillas se encendieron en un rubor intenso que lo avergonzaba aún más.
—¿Por qué tuve que besarla? —murmuró entre dientes, su voz apenas un hilo, casi inaudible en la quietud de la habitación.
La culpa, el desconcierto y un rastro de anhelo se mezclaban en su interior, apretándole el pecho como una mordaza invisible. Todo lo que quería era que los latidos de su corazón, tan insistentes y traicioneros, dejaran de recordarle que el beso había significado mucho más de lo que estaba dispuesto a admitir.
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Horas más tarde, Tom salió de su habitación, tratando de parecer relajado, aunque la tensión lo seguía como una sombra. Sus pasos eran lentos, como si temiera enfrentarse al mundo exterior. Justo entonces, vio a ___ salir de su habitación.
El aire entre ellos pareció cambiar al instante, cargándose de algo que ninguno de los dos podía ignorar. Sus ojos se encontraron por un breve segundo, suficiente para que ambos sintieran la incomodidad.