JonghyunxOc- The Story of Our Own

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AVISO: Semi-lemon (no quiero desvelar nada)

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Todo iba bien. Ella no estaba incómoda a su alrededor a pesar de no haber disfrutado nunca antes de tal privilegio. ¿Cómo había acabado en esa situación entonces? No podría recordarlo. Un día empezaron a hablar, y aquel, simplemente surgió. Un "quiero un masaje " por aquí, un "yo no tengo nada que hacer" por allá... Y sobre todo muchos "¿Pero hablas en serio?" entre medias.

Caminaron por los alrededores, y después él la llevó a su casa. Permanecieron en el salón al principio, poniendo una película por tener una excusa para mirar algo cuando las palabras no eran suficientes, o el contacto de más se hacía extraño. Entonces él se inclinó sobre ella, acorralándola contra el sofá, y la besó, lentamente al principio para aumentar la intensidad después.

Fue una gran sorpresa, y ella sabía que en el fondo también lo quería, ¿cuál si no sería la razón de tal encuentro? Rápidos intercambios de pequeñas muestras de cariño, llenas de pasión, pero que al final de la noche tampoco significarían nada.

Se trasladaron a su cuarto. Con el corte a ella empezó a darle vergüenza, y prefirió ocultarla curioseando las fotos y medallas que adornaban la estancia; pero él la atrajo sin dudar, tumbándola en la cama y situándose ágilmente sobre su cuerpo tembloroso, tanto entrenamiento no sería en vano.

Le mordió el cuello, dando ligeros tirones con intención de dejar una marca que recordar. La entrecortada respiración de la chica lo invitaba a seguir, aunque la tensión de sus músculos le transmitían otro mensaje. ¿Qué debía hacer? Tal vez lo más inteligente habría sido preguntar en el momento, pero prefirió obviarlo y seguir, despacio, a lo mejor solo estaba nerviosa.

- En la empresa seriedad y disciplina, pero fuera... Hay que divertirse.- Afirmó con una juguetona sonrisa en el rostro, justo antes de levantarle la camiseta hasta el pecho para besarle la barriga.

Ella lo apartó con suavidad, y él gruñó. "¿Ya no puedo morderte?" su seductora voz la hizo estremecerse. "¿Tampoco te puedo mirar?" Se acercó, y ella tuvo que cerrar los ojos para no caer de nuevo. Entonces, le dio un suave beso en los labios, centrándose especialmente en el inferior.

- Me encantan tus labios- Suspiró con deseo, volviendo a su afán por poseerla del mayor número de formas posibles.

La disputa por el dominio duró cerca de dos horas, primero él sobre ella, para luego situarla por encima. La acariciaba, la besaba, e investigaba a sus anchas hasta donde ella le permitía.

Entonces se quitó la camiseta, recordando el "motivo" de todo aquello. El masaje. Ella se ruborizó, confesando que en realidad nunca había dado uno. Él la provocó, tumbándose boca abajo, con la cabeza apoyada vagamente sobre los brazos. Ella admiró el tatuaje de su espalda, cómo se modificaba cada vez que él tensaba los músculos, o el acabado tan perfecto, las sombras, el relieve... Todo de él la atraía de una manera especial, y en lugar de cumplir sus deseos se dejó caer sobre él y se dedicó a acariciarlo, repasando la silueta del dragón con las yemas de los dedos.

Ajeno a todo, chico se dejó hacer. Hasta que la oyó destaponar lo que parecían ser sus rotuladores permanentes. Se alarmó, pero tampoco hizo un gran esfuerzo por frenarla cuando ésta empezó a escribir en su brazo. "Jonghyun". La única cosa que reconocía, por ser su propio nombre. Sonrió ante la inocencia demostrada por la joven, quien había preferido no poner nada comprometido, y rotó sobre sí mismo, de manera que ahora la tenía de frente. Entrelazó sus manos y tiró de ella para unir sus labios de nuevo, permitiéndose vagar libremente por su espalda.

En un momento dado llegó a deslizar la mano por debajo de su camiseta, y desabrocharle el sujetador solo con dos dedos, a la vez que pronunciaba un nada convincente "Uups". Se sonrieron, ella le pidió que lo volviera a poner bien. Así hasta tres veces, las cuales fueron seguidas de interesantes confesiones, como que sería mucho más rápido quitarlo sin más.

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