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Sammy cerró su libreta indignado, y la metió a su mochila junto con todos sus bolígrafos.

Mientras tanto Nate, estaba feliz. Estaría con Sammy a solas sin que nadie lo molestará.

Sam tomo su mochila y salio de aula, recibiendo mirada extrañas por parte de algunos alumnos.

Nate hizo lo mismo y salio a paso apresurado, no quería perder ningún minuto al lado de Sam.

—¡Hey! Espera. —Exigió Nate.

Sammy se volteó para poder ver a Nate; Estaba enojado.

—¡¿Que quieres?! ¿Aparte de que nos sacan de la clase por tu culpa tienes el valor de hablarme como si nada hubiera pasado? ¡Estas loco! —Dijo Sammy.

—No te atrevas a llamarme loco. —Nate frunció el ceño.

—¿Oh que? —Sammy se atrevió a retarlo; algo que nadie jamás se había atrevido a hacer.

—Oh esto. —Nate se acercó a Sammy gracias a un movimiento rápido y lo estampó con uno de los casilleros— Te arrepentirás de haber dicho eso.

—N-nate.. Perdón, no fue mi intención —Sammy se estaba quedando sin aire— No sé lo que dije, te lo juró.

Nate agarro las muñecas de Sammy para que no intentará forcejear. 

—Haré que te arrepientas. —Nate comenzó a acercarse cada vez más a Sammy.

—Hueles a cigarrillos, marihuana y alcohol. —Sam giro su cabeza para dejar de oler eso.

—Ese es mi olor natural, no me digas que lo odias.

—Lo odio. —Sammy volvió a centrar su mirada en los ojos de Skate.

—Será mejor que te vallas acostumbrando, porque lo óperas todos los días.

Fueron las ultimas palabras que dijo Nate para poder estampar sus labios con los de Sam.

Un beso tierno, Nate no quería que fuera un beso salvaje. Veía a Sammy como un chico fragil y pensaba que podía quebrarse con cualquier movimiento brusco.

Sus labios estaban sincronizados; Sam nunca intento forcejear.

Se separaron por falta de aire.

—Jamas pensé que un chico que tenía finta de ser rudo terminara besandome.  —Fueron las últimas palabras de Sam antes de que saliera corriendo.

Bolitas de papel [Skammy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora