Previamente tenga usted un excelente día, le escribo con la certeza de que al leerme se encuentre nostálgico y quizás un poco suicida; Tiene hoy la valiosa oportunidad de leerme una vez más por esa diminuta razón debe sentirse orgulloso de que una parte del aprecio que le tenía, en dicho caso le tengo, sigue intacto y aún siento la necesidad de escribirle, bien sea para expresarle lo que se aproxima dentro de mí.
Por lo tanto reitero el odio que le tengo, usted sabrá a qué tipo de odio me refiero y si no lo sabe me tomare la molestia de explicárselo...
Lo odio desde mis entrañas usted bien sabe que esto es evidente y que no hay manera de ocultarlo, no deseo mentirle ni que se envenene con mis palabras por lo delicado de su alma, pero tengo que decirle que lo odio para toda la vida, lo odio tanto que quiero que amanezca a mi lado, lo odio como para besarle todo el cuerpo, como para distraerle en sus momentos de angustia, como para perdonarle sus desaciertos, lo odio tanto que quiero que haga parte de mi presuntuosa vida.
Como le mencione anteriormente una parte del aprecio que le tengo sigue intacto por este atropello a mi misma he decidió que no tengo la capacidad de ocultarle mi aprecio y quiero manifestárselo de una manera justa, usted sabrá que tan infeliz me hizo y eso solo puede saberlo usted, pero lo que yo puedo concluir sin que usted tenga la mínima sospecha es cuán feliz logro hacerme, lo hizo de la manera quizás menos adecuada, usted siendo una persona tan afortunada tuvo el valor de meterse en una vida que no tendría porque interesarle, una vida contraria a la suya, en realidad no se cual era su inquietud de intentar conocer una persona obstinada y poco radiante.
No sabría explicarme en qué momento usted llego hasta lo más profundo de mi solo basto de un beso para saber que a usted no se le facilitaría salir de mi cuerpo y que para mi sería fácil dejarlo entrar, sabe usted que desde aquel día que decidí ser adecuada para usted y dejar los resentimientos tanto así que mis angustias las cambie por su sonrisa, por su mirada y por su presencia. No puedo negarle que su mirada sigue causando en mi desequilibrio, y que añoro sus dichosos labios, también tengo que admitir que estoy insatisfecha con el poco tiempo que nos ha obsequiado esta estúpida vida y que desearía un lapso idóneo para amarle indeterminadamente sin restricción alguna.
Desde que usted decidió dejar esta perturbadora vida y llevarse su cómoda vida de mi lado, no hay manera alguna de perdonarle este hecho de cobardía aun que si lo pienso de manera distinta puedo ser justa con usted y pensar que lo hacía por un bien propio o inherente, pero eso no cambia que fue usted una persona egoísta e injusta no tuvo la delicadeza de razonar antes de derrumbar toda la esperanza que en mi habitaba, antes de aniquilar mis ganas de ser oportuna en la vida.
No hay día en que piense que usted vendrá y tomara mi amargura para convertirla en placer, sabe que aún mi alma lo espera y sueña con que usted traiga de nuevo toda su prosperidad a mi vida y así pase el tiempo y me arrebate las ganas de amarle sé que lo buscare en los rasgos de otro y que no voy a dejar de esperarlo.
La parte importante de este escrito es cuestionarle y cuestionarme su intención de engañarme, mentirme, humillarme, ilusionarme, destruirme quiero decir de herirme de esa manera tan despiadada, sabrá usted si en mi lugar hubiera podido soportar la manera en que me arrebato muchas sensaciones de forma grosera, solo le pido que haga lo posible por dejar de hacerme daño y evite cualquier comportamiento extraño a mi vista.
Me desalinee y este escrito cogió un rumbo diferente a lo que en realidad quería acararle o simplemente hacerle entender, bien sabe usted que mi alma se ancló a la suya de una manera devastadora y que desde entonces lo odio por aclararme la vida y por hacerme sentir de pronto lo mas inmejorable que alguien me ha podido brindar, lo odio por arruinarme cualquier sentimiento correcto y haber hecho de mi una desconocida.
No siendo más, de ante mano agradeciéndole varias situaciones plenamente placenteras y siendo yo una mujer contradictoria le suplico, ¡Le exijo! que se ausente de mi vida para siempre.
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