Capitulo 4: aguamarina

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Pasado dos años:

Miro mis manos mientras recuerdo a mi madre siendo colgada del cuello, aveces pienso que cuando ella miraba entre la gente, no era a mi a quien buscaba, si no a mi padre, pienso que ella esperaba la llegada de mi padre y que la salvara.

Ahora estoy trabajando para un esclavista dueño de una plantación de cañas de azúcar, como sirviente del hogar, todos los días le robo dos piezas de oro, sacaría mas pero el se daría cuenta y al ultimo que le robo le corto las manos, lo torturo hasta volverlo loco y para terminar con el lo tiro al mar encadenado a una pesa de plomo, algún día tendré tanto dinero como para pagar mi libertad, confió en que saldré de aquí, reuniré una gran tripulación, tendré un gran barco y destruiré a la flota de la marina.

Pasado un año el oro ya no cabe en el agujero del piso debajo de mi cama, por otra parte el esclavista comienza a sospechar de mi y me vigila, esta noche llevare mi oro cerca de un granero olvidado y lo enterrare. 

Ya caída la noche la cantidad de guardias es de 24 el doble de lo normal, tomo un saco y meto el oro dentro, camino lentamente por los pasillos evitando hacer ruido, cuando bajo los escalones en dirección al patio, una moneda cae de la bolsa y al chocar con el piso provoca un ruido muy agudo y fuerte, me apresuro en recogerla y lanzarme a unos arbustos, un par de guardias corren a la escalera y comienzan a hablar:

_¿que fue eso?_

_no lo se... un piedra de este viejo edificio ¿no crees?_

_tienes razón_

Otro guardia se aproxima uno mas viejo:

_ ¡a sus puestos!_

_¡si!_ responden los otros dos y se van seguidos por el, al parecer jefe.

Eso estuvo cerca, cierro bien el saco esta vez para evitar que vuelva a pasar lo mismo y me levanto de entre los arbustos, camino lentamente por detrás de dos guardias que hablan sobre una chica que uno de ellos conoció en un viaje . Al llegar al granero comienzo a escarbar con una tabla suelta que tenia el granero, cuando hago un agujero lo bastante grande como para el saco lo meto dentro y lo tapo.

Cuando estoy por entrar a mi habitación un guardia me pone contra la pared y un cuchillo en mi garganta:

_ ¿que haces en pie a estas horas?_ pregunta mientras presiona aun mas el cuchillo 

El cuchillo aparte de cortarme la respiración me pone nervioso provocando que respondiera lo primero que vino a mi mente:

 _solo... quería tomar... aire_

_¿ realmente piensas que creeré eso?_

_si me conocieras... lo entenderías_

Guarda silencio por un instante y me suelta:

_cuéntame_ dice mientras se apoya en una pared.

Le cuento todo desde que tengo memoria y cada vez que nombraba a mi padre el sonreía... pero no una sonrisa burlesca, era diferente. Cuando termino mi historia el saca una pequeña bolsita de su bolsillo y me la entrega:

_ábrela, el contenido es tuyo... bueno... creo que pasaría a ser tuyo_ dice mientras sonríe

La abro y dentro hay un collar con una piedra incrustada:

_la piedra es una aguamarina la favorita de tu padre, ese collar era suyo, según me contó la próxima ves que te viera te lo daría, pero me pidió que te lo entregara, y por suerte te encontré y bueno... no te mate_

_¿mi padre?_ pregunto con alegría y los ojos llorosos 

_Beli, la leyenda andante, el diablo de mar, la fuerza hecha persona, el mejor capitán que un simple bucanero podría esperar_ 

Me cuelgo el collar en el cuello y lo quedo mirando:

_Demian si un pirata te conoce no le digas tu verdadero nombre es lo mejor créeme_ 

Un guardia nos ve y camina hacia nosotros:

_sígueme el juego ¿de acuerdo?_ dice mientras toma la bolsita de mis manos 

Cuando el guardia llega hasta nosotros me mira y dice: 

_¿que hace el sirviente fuera de su habitación ?_

_el chico me devolvía mi bolsa de monedas que había perdido_

_pues mas le vale ¿quieres que te diga lo que le pasa a los ladrones?_ dice el guardia mirándome

__no señor lo se perfectamente_ respondo firme

_buen chico, necesito su ayuda marinero_ refiriéndose al bucanero

_a sus ordenes jefe_ 

Mientras sus siluetas desaparecen entre los oscuros pasillos admiro el collar, el collar de mi padre.

A la mañana siguiente varios guardias estaban muertos y otros desaparecieron junto con la mitad de oro del esclavista. Al bucanero nunca mas lo volví a ver.    




bandera negra a lo lejosWhere stories live. Discover now