El médico nos dio los resultados que mi padre y yo no pudimos parar de leer, era muy raro todo.
El informe decía que mis piernas están perfectas: ningún tendón roto, ningún hueso partido, los músculos están perfectamente y los huesos igualmente perfectos. Mi pierna estaba perfectamente y yo sin poder andar.
Le pregunte el porque de mi pierna y su respuesta fue una noche en el medico para hacerme una revisión general.
Al despertar ya estaba en casa, era por la tarde y no me sentía muy bien, llamé a mi padre pero la sirvienta me comunicó que se fue a trabajar que volvería en unas semanas, tuvo que irse a la india.
Me arrastraba por la cama para llegar a sentarme en la silla de ruedas y le dije a la sirvienta si me ayudaba a hacer mis ejercicios. Tenía que estar moviendo las piernas para que no se desconectasen y dejaran de funcionar, si eso pasa tendré que estar en la silla toda la vida.
Ya hechos los ejercicios le dije a la sirvienta si se podía ir y me quedé mirando el armario.
Esos arañazos eran humanos y las cadenas sujetaban la manos, supongo.
Giré la cabeza al baúl.... Estaba abierto.
Llamé a la sirvienta gritando y le dije que llamara a todo el personal y lo reuniera en la sala.
Cuando llegaron todos lo dije:
- ¡¿QUIÉN HA ABIERTO ESE BAÚL?!
Creo que asuste a todos, el grito que di no fue normal, ese grito fue el que atrajo a mi madre:
-¿Que te pasa cariño?¿necesitas algo?
Yo estaba furiosa y no podía hablarle a nadie sino le dejaba sordo, negué con la cabeza y mi madre se dio la vuelta:
-TODOS A SUS TRABAJOS CORRESPONDIENTES.
Todos se fueron, excepto mi madre.
Le dije si se podía ir y obedeció.
Cuando se fue estaba nerviosa y lo sentí, sentí un aliento caliente en mi nuca que iba haciéndose gélido mientras me decía:
- El vendrá, el vendrá
Yo no me podía dar la vuelta estaba paralizada no me podía mover, cuando mi espalda me permitió darmela ya no había nadie solo miedo y una nuca helada.
