Capitulo 1

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"Porque amores que matan nunca mueren"

Talvez debería hacerle caso a Sabina, regresar con mi amor imposible, ese amor que te mata. O ir contigo... de esos amores que no me mataran, pero pueden morir.
No sé por dónde comenzar. El principio, supongo, es cuando conocí a Andrés y su mano derecha Sebas. Éramos enanos felices y luego me enamore de Andrés, o eso pensé. Era una mocosa de 13 años que veía películas románticas y pensaba que el amor era solo eso. Creo que sigue siendo eso, si simplemente ignoras el resto. Entonces me enamore de Andrés, el de mí, según decía, y todo era perfecto. Talvez a esto le falte una introducción.

¿Has visto un mapa del mundo? Hay un océano gigante entre América y Europa, mil quinientas millas náuticas, eso nos separaba a mí y a Andrés y en los casi dos años que estuvimos juntos los dos intentábamos superar esa distancia, yo intentando hablar con el todo el tiempo y el con otra chica, llamada Paula. Cuando una chica, cuyo nombre ahora no importa, me escribió un e-mail diciendo que Andrés estaba con otra, no le creí. Cuando escuchaba los rumores de "amor de lejos, felices los cuatro" tampoco los creí. Sea cual sea la historia, yo pensaba que todo era perfecto con el chico de mis sueños, mi mejor amigo y mi bonita obra de teatro.

Fue mi primer amor, el primer beso, el primer sueño, el primer por siempre y el primer corazón roto. A pesar de la distancia era feliz, tenía un novio, me sentía genial. Con Andrés hablaba constantemente y cuando no hablaba con el, hablaba con Sebas, a quien consideraba algo así como mi mejor amigo. Un día me escribió, me contaba una memoria: << ¿Te acuerdas de cuando te tiraste a la estanque? Era verano, hacia muchísimo calor y nosotros estábamos dando de comer a los patos junto a la laguna, entonces tú gritaste "me ahogo, demasiado calor" de la forma más teatral posible, mientras te agarrabas la garganta. Andrés te dijo que te tiraras a la laguna y tú lo hiciste, comenzaste a nadar hacia los patos que volaban asustados. "Vengan, esta deliciosa" nos gritaste acercándote y tirándonos algas "Camila la playa está a dos calles" te grito Andrés mirándote con desesperación, yo me tire al agua y los dos nos llenamos de algas, salimos y lo abrazamos. El parecía molesto, nosotros corrimos al mar>>

Me acordaba del momento perfectamente, pero ese no era el final. Después Andrés entro en el mar y me beso, Sebas no sabía de nosotros hasta ese día. Yo respondí que sí, que me acordaba. <<Ahí es cuando me enamore de ti>> Pensé que era una broma, que solo me lo decía por molestarme, que no era verdad, así que lo tome así, como una broma, le dije que lo amaba y que era un amor, le seguí el juego. Para él no era lo mismo, en un futuro, se vengó.

Todo esto fue hace cuatro años, en el verano de hace tres años murió una de mis amigas, mientras yo cruzaba el Atlántico, súper emocionada para ver a Andrés, sin saber que el estaría con su amada Paula y sin saber que ahí encontraría a mi segundo amor.

Era el matrimonio de una amiga de mi madre, lo cual nos dio la excusa para pasar dos semanas en el sur de España, tomando el sol, viendo a mi novio y ayudando con los preparativos para el matrimonio (yo no aporte mucho en esto último) Cuando llegamos nos recibió Miguel, un ex bombero que media dos metros y tenía barba quien se iba a casar con una hermosa bailarina.


-Hola chicas, ¿Cómo estáis?- pregunto miguel dándonos un fuerte abrazo.
-Todo muy bien, gracias por la invitación, esto es precioso...- Bla bla. Mi madre entablaba esa conversación aburrida de siempre mientras yo buscaba desesperadamente a Andrés.
-Pasen por favor-
-Muchas gracias-
-¿Algo de beber?- pregunto el anfitrión guiándonos por la puerta -¿Limonada? ¿Agua? -
-Una limonada seria perfecta- Respondió mi madre, era tan buena con los modales y la etiquete. Mientras ellos hablaban se escuchaba el piano y una voz cantando a unción.
-Eh chaval ven aquí un rato- Dijo miguel, mientras el chico se levantaba y venia. Cuando llego saludo y sonrió cordialmente. – ¿Te apetece tocarnos una canción?-
-Claro tito- Dijo guiñándome un ojo, pero que extraño. –Para ti- Susurro pasando junto a mí-
Se sentó frente al piano y comenzó:
-¿Qué adelantas sabiendo mi nombre? Cada día tengo uno distinto y siguiendo la voz del instinto, me lanzo a buscar...- Vaya voz tenía el tipo, en fin, quería ver a Andrés, así que espere a que acabara la canción, le dedique una sonrisa y me excuse al baño. Cuando salí de la enorme casa comencé a caminar sin un rumbo exacto.
-¿Oye a dónde vas?- Me grito el pianista
-Em... Busco a Andrés, ¿sabes dónde está?- Tan pronto mencione ese nombre el chico hizo una mueca –Ah y me llamo Camila-
-Un gusto guapa, soy Mateo, pero llámame Mate- Ahora fui yo la que puso mala cara cuando me llamo guapa.
-Mateo, ¿has visto a Andrés?-
-No y no me llames Mateo- respondió cortante
-Oki, tu no me llames guapa-
-Vale guapa- Le vire los ojos y me aleje, pero que chico más idiota. Debía tener un par de años más que yo, vestía shorts y una camiseta apretada que mostraba sus músculos. Era guapo, eso nadie podía negarlo.

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⏰ Última actualización: Jun 25, 2021 ⏰

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Un par de veranosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora