<Capítulo 2>

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La semana iba transcurriendo bastante lenta, estábamos a mitad de la semana y ya estaba cansada de la universidad.

Próximamente vendrían los parciales, me estresaba en tan solo pensar eso, lo que me inspiraba a estudiar era que el día de mañana salvaría vidas, y me encantaría eso. Decidí estudiar medicina a causa del fallecimiento de mi abuela... mi abuela fue recurrida a un sanatorio debido a un "enfisema subcutáneo", en ese sanatorio no había camas para terapia, por lo tanto la llevaron a otro. Nos hicieron esperar mucho tiempo porque había una sola cama disponible. En la guardia estaba esperando un hombre de alta edad, y mi abuela. Tendrían que ver quién estaba más grave para pasarlo a terapia o solo internación. Recurrieron a atender primero al hombre que se encontraba ahí, quién no parecía estar tan grave, mi abuela estaba muy hinchada y respiraba con dificultad. Mi abuelo pedía llorando que por favor la atendiesen rápido. Después de dar tantas vueltas, al fin la atendieron, y nos dieron la noticia de que ya había fallecido.

Debido a eso quiero ser doctora, para evitar la muerte de varias personas, y el dolor de la familia.

El horario de la universidad terminó y James me llevó a casa. Por la tarde tenía que ir a la academia, y también tenía que estudiar. Hay dos opciones: no tengo un buen futuro, o no tengo mi sueño, tendré que acomodarme con mis horarios. Decidí estudiar por la siesta.

Se me hacía imposible concentrarme, lo escuchaba a Adam jugando por toda la casa con cualquier cosa, tenía una enorme imaginación. Emma estaba en su habitación escuchando música fuerte. Estábamos solo los tres, mamá volvía a las 4 de la tarde y papá no estaría en todo el día. Eran apenas las 2. Le dije a Emma que bajara la música un poco, y a Adam que no hiciera tanto ruido. Aun así no podía concentrarme.

Se abrió la puerta y entró mamá.

-Ya llegué Cathe -al ver mi cara de enojada y mis manos en mis oídos frunció el ceño. -¿te sucede algo?

-Mamá, no puedo estudiar, Adam y Emma hacen mucho ruido. Y no quiero prohibirles nada. Ya sabes, no soy la típica hermana mayor rebelde que le molesta y se queja de todo.

-Oh... tendremos que hacer algo -sonaba algo preocupada. La miré sin decir nada y ella se quedó mirando al suelo, pensando. -llevaré a Adam conmigo y le diré a Emma que se ponga auriculares.

-Está bien, gracias mamá. -sonreí.

Salió cerrando la puerta y escuché que llamó a Adam. Luego escuché la puerta de la habitación de Emma y la música se apagó. El silencio reinaba en la casa y al fin pude concentrarme.

Llegué a las 9 de la noche, muy cansada. El baile nos salía bastante bien, con unos ensayos más ya estaríamos listos.

Me acosté después de cenar y una corta ducha, estaba por quedarme dormida en cuanto mi celular vibra, era mi mejor amiga.

-¡Hola April! -exclamé feliz.

-¡Amiga! Hace mucho tiempo no nos vemos, ¿Cómo has estado?

-Esto de la universidad no te da tiempo para nada -reí. -muy bien, un poco cansada estos días. ¿Tú?

-Yo muy bien, tenemos que vernos, tengo que contarte algo. -una risita picara se le desató.

-No me digas que...

-Sh, nada. No te adelantaré nada, te lo contaré personalmente. -me interrumpió y reí.

-Está bien, el sábado tengo una competencia de ballet, me vas a ver y luego vamos a tomar algo, ¿te parece?

-Suena genial, ¡nos vemos el sábado entonces!

-Nos vemos el sábado amiga. -respondí y corté la llamada. Ojalá que lo que me tenga que contar sea lo que pienso.

Del sueño a la pesadilla [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora