Encuentro y declaración

158 12 2
                                    

Joshua

No he dejado de pensar en esa entrevista ni en esa chica tan ruda y romántica que fue a visitarme, hoy entro a estudiar (otra vez).

He tenido problemas con mis verdaderos padres. Mi madre era una chica de tan solo 17 años cuando se embarazo de mi. Mi padre era un señor mujeriego que se metia con la primera que veía.

Así nazi yo un embarazo no deseado mi madre me dejó en un orfanato ya que mi padre desaparecio cuando yo tenia 3 años. Mi madre adoptiva se llama Clara Hale y mi padre Mike Hale, aunque son totalmente amorosos tengo cicatrices físicas y mentales de mis anteriores padres, por esto mismo caí en Depresión por 2 años,exactamente a los 14 y a los 15.

Es una obligación mia trabajar en la "casa Hale" un negocio familiar que crearon como un «regalo» para mi, nos volvimos ricos pero yo prefiero la música, las fiestas, los deportes en fin no soy totalmente feliz con lo que tengo.

-Alo? Que quiere
-Nada solo llamaba para decirle que esa chica de la que me hablo estudia en la misma preparatoria en la que usted esta en este momento.
-¿Que?
-Si,esta en fotografía.
-Y por que la busco?
-Queria ver porque lo había impactado tanto y bueno si es bien sexy. Pero tenga cuidado usted es asco en el amor—dijo riéndose
-Por la tarde voy para su casa.—dije ignorandolo por completo

No queria nada con sabella pero en el fondo la necesitaba,mi alma la necesitaba.

Escogí Francés como idioma de interés y me di cuenta de que Sabella tambien estaba en esta clase.

-Sabella, mira no quiero sonar intimidante ni nada de eso pero quiero que nos veamos hoy, simplemente quiero conocerte y hablar con tigo.
-Tu ya eres intimidante. No se que es lo que quieres saber sobre mi pero... esta bien
-Bueno te espero en mi casa a las 7 de la noche.

Sabella

-Oh por Dios ¿te invito a salir?
-Si,no no me invito a salir es solo para conocernos un poco mas. Cuando fui el quiso saber sobre mi y hubo una conexión inusual peroo... No es nada serio
-Ok -dijo Amara haciendo una sonrisa que me resultaba pedofila.

Una perfecta equivocaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora