'Hoy, el Apocalipsis ha dejado de ser una mera referencia bíblica para convertirse en una posibilidad muy real. Nunca antes en el acontecer humano se nos había colocado tan al límite, entre la catástrofe y la supervivencia.
Me vuelvo a los antiguos profetas del Viejo Testamento y las señales que predicen el Armagedón, y me pregunto si... Si nosotros somos la generación que verá ocurrir eso. No sé si habrán notado algunas de las profecías recientemente, pero, créanme, ciertamente describen los tiempos en que estamos viviendo.'
-Tan solo si alguien se molestase en leerlo... -suspiró Roger Allen, sentado frente a la pantalla de su ordenador. Se quitó las gafas pasándose una mano por la cara. Llevaba todo el día plasmando sus visiones en aquel libro, en un blog de internet.
También apuntaba sus ideas más serias en un diario, con tan mala caligrafía que seguramente solo él entendería la letra. Roger Era un hombre clásico, a pesar de tener su propio blog por el que la mayoría le tachaba de loco y paranoico. Escribía con pluma, tomaba el té... Y consultaba la bola de cristal. No de la manera convencional, por supuesto: el don de clarividencia del señor Allen superaba la necesidad de usar la esfera o las cartas del tarot.
A diferencia de otras familias del barrio, el negocio familiar estaba bien visto por los Allen. Su mujer, Darcy King –su segunda mujer, mejor dicho- y él se dedicaban a mantener el barrio protegido de las garras de los monstruos. Monstruos de verdad: no meros asesinos y violadores sino vampiros, wendigos, hombres lobo y demás. No todo el mundo sabía de su existencia porque la especie humana a menudo solo ve lo que quiere ver, pero los Allen sabían de su existencia y se dedicaban a erradicar la de aquellas bestias. Se había enamorado de la señora King tras dos años llorando a su primera mujer, la cual había caído a manos de una bruja con la que él acabó en venganza.
Aunque siendo sinceros, a primera vista el señor Allen no parecía alguien que se dedicase a matar criaturas de fantasía. A sus casi cuarenta años, el hombre no estaba precisamente en forma y usaba trajes de chaqueta y corbatín, haciendo de él un hombre único. Reiterando lo anteriormente dicho: un hombre clásico. Incluso tomaba té con su esposa todos los días mientras los pequeños jugaban.
Y hablando de aquellos diablillos, era raro no oírlos a esas horas de la tarde. Se acercaba la cena y normalmente se pasaban el rato correteando por los pasillos. Bueno, los dos que podían correr; su hijastra aún no había llegado a esa edad.
La primera señora Allen había dejado viudo a su esposo con dos hijos: el mayor era un chico llamado Nathan, que había sacado los potentes ojos azules y el pelo negro de su madre aunque el carácter taciturno de su padre; y por otro lado estaba Jasper, la pequeña bola de energía también de ojos gélidos pero pelo algo más claro.
Y tras casarse con Darcy, la familia había aumentado no solo por ella. La señora King había dado a luz poco después de conocerse tras haberse separado de su primer marido, del cual no solía hablar mucho.
Ella había sido algo más original escogiendo el nombre de Pandora para su hija. Tenía una curiosa combinación de pelo de un rojo oscuro y ojos verdosos. No se parecía en nada a sus hermanastros, aunque ambos parecían haber desarrollado un fuerte instinto fraternal por ella. Sobre todo desde que había comenzado a mostrar signos de haber heredado la 'enfermedad' de su padre biológico. Por suerte y de algún modo, su esposa conseguía domar a la niña durante sus crisis.
Él no podía estar más satisfecho con su vida, pensaba tras haberse tomado una taza de té helado. Por aquella época ya hacía un horrible bochorno en el barrio de Maple Leaf de Seattle. La noche al menos daba un respiro bajando las temperaturas del distrito. A aquellas horas los muchachos jóvenes salían de fiesta, a emborracharse, pero como frecuentaban zonas más ocupadas, la calle solía estar vacía: por la mañana debido al calor, por la noche debido al alcohol.
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[Sobrenatural] || Heaven Knows (Pausada)
FanfictionEn un mundo lleno de criaturas sobrenaturales, la gente solo ve lo que quiere ver. Y para los que no ven, por suerte existen los Cazadores. La historia comienza cuando Jasper, una joven con extrañas dotes de clarividencia, recibe una visión en la qu...