"A menudo encontramos nuestro destino mediante los caminos que usamos para evitarlo"
Habían transcurrido veintidós años tras la noche de las llamas. En más de veinte años cambiaban muchas cosas, y una de ellas no eran los deseos de venganza de Nathan.
Ahora con treinta años, era un hombre fuerte, alto y muy atractivo. Tenía el pelo algo largo y a veces conseguía recogerlo en una coletilla, y los ojos seguían tan azules como siempre. Aún cuando uno miraba a través de ellos podía ver reflejadas las flamas de su casa de Seattle aquella noche.
Se había vuelto más callado, serio y centrado en su tarea: matar a aquellos hijos de puta que aterraban a los inocentes. Él no lo decía tan poéticamente, y en ocasiones no decía nada. En aquellos momentos conducía la Nexxo T760. Era una enorme autocaravana, casi como un mini autobús, pero tenía todo lo necesario como para sustituir a una casa: dos camas grandes, baño, cocina e incluso un sofá cama. ¿Necesitaba algo más? Hasta tenía compartimentos ocultos en los que guardar con seguridad las armas y el material de trabajo.
Y exactamente había seguido los pasos de Roger Allen: se había convertido en cazador. Y llevaba una larga lista de victorias a su espalda, muchas más muertes de monstruos, mucha más gente que no tendría que preocuparse por la existencia de éstos. Nathan Allen no era tonto, solía pedir recompensa por sus servicios puesto que no quería gastar la herencia familiar, de modo que era un cazarrecompensas más que un cazador.
Lo había dado todo por sus hermanas. Había gastado su parte del seguro y la herencia en la tartana, y lo que había sobrado lo había repartido entre Jasper y Pandora.
Nadie que le conociese podría aventurarse a decir que era un tipo cariñoso y familiar. Pero habría dado hasta su brazo izquierdo para dar de comer a sus hermanas pequeñas mientras estaban al amparo de... nadie. No es que se hubiesen pasado la vida en la pobreza. De hecho, la comunidad de cazadores los había recibido con los brazos abiertos, pero debido a esa misma forma de vida, se habían pasado aquellos veinte años yendo de un sitio para otro.
Nate había trabajado duro por sus hermanas, insistiendo en que ellas recibiesen una educación mientras él se iba de cacerías con los adultos. Y así había sido. Tanto Pans como Jazzy habían tenido incluso sus estudios universitarios: Jasper se había graduado en cirugía en la Universidad de Arizona, mientras que Pandora había conseguido varios grados en diversos artes en Standford, como por ejemplo en pintura, la chica se pirraba por los lienzos en blanco y la pintura al óleo.
Hacía apenas unos tres años que se había reunido con Jazz y medio con Pandora. Había ido, se había plantado en sus universidades y con un mero: 'he encontrado a ese cabrón', consiguió convencerlas para viajar con ellas por todo el país para seguir el rastro a Lázarus.
-...
-Cambia el dial, ¿quieres, Nate? –la melena de tonalidad del fuego de Pandora se hizo presente cuando se acercó a su hermano, al volante. El chico desvió la mirada un segundo y comenzó a sonar 'Heaven Knows' de The Pretty Reckless en la radio.- ¡Mola!
La pelirroja, al igual que su hermanastra, también había heredado toda la buena genética de la familia. Era una joven esbelta, e incluso atlética ya que disfrutaba haciendo deporte y se obligaba a sí misma a mantenerse en forma. La melena roja le llegaba más allá de los hombros, lisa, y seguía conservando aquellos ojos claros.
Pan se dirigió a la parte trasera de la caravana, donde Jasper jugueteaba con un mazo de cartas.
-Te aburres mucho, ¿eh Jazz? –el único foco de calor era Pandora. Nathan y Jasper habían sido suficientemente mayores como para acordarse de la fatídica noche, lo que había hecho de los dos personas frías y silenciosas, pero Pandora no.
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[Sobrenatural] || Heaven Knows (Pausada)
FanfictionEn un mundo lleno de criaturas sobrenaturales, la gente solo ve lo que quiere ver. Y para los que no ven, por suerte existen los Cazadores. La historia comienza cuando Jasper, una joven con extrañas dotes de clarividencia, recibe una visión en la qu...