Luke, soy lesbiana ||l.h

1. "Me gustan las vaginas, Luke"

Flashback, 5 años antes. 

 La música electrónica retumbaba por todo el lugar, mientras que todas las personas saltaban de una manera algo alocada y alterada al ritmo de la música. Prácticamente no había lugar para otro individuo, y de ser así creo que nadie saldría de vivo de aquí debido a la falta de oxígeno y espacio en el ambiente. 

 Me senté en unos de los taburetes que se encontraban al lado de la mesada y me dediqué a observar los movimientos de los demás detenidamente, ya que el idiota de Matt prefirió ir en busca de algún buen polvo a ser el que se encargaría de que todo esté bajo control, tal como lo había prometido. En conclusión, dejó a su hermano menor a cargo de una fiesta en donde solo ve adolescentes hormonados bailar como si fueran una piel, y besarse como si fueran verdaderamente ardillas. ¿Lo único bueno de todo esto? Que me ganaré 100 dólares, y lo único que tendré que hacer es no decirle a mis padres que el imbécil de mi hermano hizo una fiesta en casa, de la cual no hizo aparición en toda la noche por haber estado follando como un conejito en su cama matrimonial. Además de que tendré que vigilar que todo esté en orden, que hasta ahora está resultando ser un trabajo sencillo. De repente y por acto de puro reflejo, me abalancé hacia atrás rápidamente cuando una pareja se arrojó sin pudor arriba de la mesada, dejándome con la boca entre abierta cuando prácticamente comenzaron a tener sexo frente a mis ojos y justamente en mi lugar favorito para desayunar. 

 Juro por Dios que Matt va a tener que limpiar ese lugar con la lengua si hace falta, porque sino... 

 — ¡Tranquilo campeón! —dijo una voz algo aniñada a mi costado lo que me hizo sobresaltar por unos segundos, hasta que la reconocí.

 —Sam, ¿Qué diablos...? ¿Qué haces aquí? —le dije estupefacto al percatarme de su presencia.

 —Pero qué linda forma de decirme "¡Sam, un mes y medio sin vos me ha dejado devastado y en la mismísima miseria! —ríe—. Gracias Luke, yo también te he extrañado estas vacaciones... 

Antes de que pudiera decir algo más, le di un gran abrazo. Hace un mes y 23 días que no nos veíamos con Sam después de que su familia haya decidido darse unas merecidas vacaciones. Y vaya que vacaciones para irse a recorrer casi toda Europa. Me alejé de Sam y le sonreí al darme cuenta de que se encontraba algo más bronceada y que le quedaba de maravilla, al igual que se encontraba vestida de una manera totalmente diferente a lo cual ella suele vestirse. Creo que es la primera vez en toda mi vida que veo a Sam usar una falda. 

 — ¿Es linda la vista? —pregunta Sam en tono de burla y yo río.

—Te he extrañado, enana  —le digo chocando nuestros puños, para que luego ella rodara los ojos.

— ¿Enana? ¿Lo dices enserio? Puedo jurar que soy más alta que tú, Hemmings

—En tus sueños Flint —le digo entre risas, hasta que me percato de que la mirada de Sam se encontraba en algo más allá de mi hombro—. ¿Qué tanto miras abejita? —pregunto dándome vuelta, cuando me arrepentí en ese mismo instante.

Mierda.

 La chica la cual tenía un aspecto dulce e inocente, estaba montada como toda una profesional diosa del sexo sobre el chico que estaba cubierto de tatuajes y de perforaciones. Mi boca cayó por segunda vez consecutiva esa misma noche, pero fue cerrada al igual que mis ojos por unas pequeñas y delicadas manos que me arrastraron fuera de ahí, sacándonos de esa intimidante y desastrosa situación. 

 —Oye, explícame que fue todo eso de allá adentro—dice Sam con cara de vomitar en cualquier instante, luego de haber podido salir al jardín vivos.