Somewhere in Between [ BTS ]

Capítulo 8- Curiosidad

<< Curiosidad.- Def. Deseo de conocer lo que no se sabe >>

Ella aún se preguntaba cómo había acabado caminando detrás de aquel chimpancé, que aseguraba conocer un lugar que le encantaría, por los callejones abandonados del barrio al que pertenecía. Viendo las envejecidas fachadas dudaba enormemente que algo de la zona fuera a atraerle más que el descampado, o en su defecto, el parque.

En parte era lo más justo, ya que él había mantenido su palabra de no volver a incordiar. Se había puesto con el móvil todo el rato, para luego recostarse sobre un brazo y dormir el resto de la mañana. Al final puede que sí se hubiera acercado por voluntad propia.

Para sorpresa de ambos jóvenes, el cielo se oscureció a medio camino en cuestión de segundos, y pronto empezó a llover con intensidad. Se curbieron con los brazos como les fue posible mientras corrían en busca de algún toldo bajo el que refugiarse.

En un momento dado, él la agarró del brazo y tiró de ella parar desviarse por una callejuela que descendía hacia una pequeña plaza. Acababa de recordar el restaurante de la señora Kim. Siempre estaba abierto, incluso a altas horas de la madrugada, ya que su hijo llevaba allí a sus amigos después de las "Noches de Rap" en el local de al lado. Amigos entre los cuáles entraba Yoongi. El joven quinceañero había pasado en aquellas mesas muchas tardes, de las que no pertenecían a las canastas, componiendo con Kim Jae, mientras su madre los alimentaba generosamente. Podían rapear juntos en ocasiones como D-Town, aunque por lo general funcionaba cada uno a su aire. Sin embargo, se permitían alardear de tener una buena relación, y compenetrarse muy bien.

- ¡Hey, GLOSS!- Un chico pelirrojo saltó por encima de la barra y se acercó a ellos con una sonrisa plasmada en el rostro según entraban por la puerta.

- ¡Qué pasa, Jae!- Yoongi alzó el brazo, dispuesto a darle unas palmadas en la espalda al que parecía su amigo de toda la vida.

Yoona, que obivamente no formaba parte de aquel intercambio de saludos, se limitó a permanecer detrás de ellos mientras observaba la estancia. Se trataba de una única habitación con unas cuantas mesas de media altura y atractivos cojines de algodón distribuidos ordenadamente por el suelo. Con todo, el restaurante no debía superar el carácter familiar, teniendo en cuenta la persona a la que habían dejado al cargo de los posibles clientes. Había escuchado el interesante, por no decir cómico, apelativo ante el que Yoongi apenas se había inmutado, pero decidió esperar para preguntar por él.

Con una última risa, los chicos se separaron. El desconocido le dio un puñetazo amigable en el brazo a Yoongi antes de volver detrás del mostrador, junto a la que debía ser la señora Kim, quien acababa de salir de la cocina.

- ¿Gloss?- Yoona lo miró fijamente, mientras el mayor escogía un lugar en el que anclarse.

- Ajá.- Respondió él, echando un rápido vistazo al menú.- ¿Tienes dinero?

- Sí, ya había avisado de que no comería en casa.- Comprobó si era una hora adecuada para almorzar.- ¿"Gloss" como el brillo de labios?- Preguntó entonces, volviendo sobre aquel extraño apodo.

- Ja ja... Muy graciosa.

El joven rapero parecía sinceramente molesto, y Yoona pensó que sería mejor dejarlo por el momento. El chico de antes, quien en esta ocasión se presentó como "Jae, el mejor camarero del barrio", tomó sus pedidos, siempre acompañado de su envidiable postura despreocupada. Ella lo despidió, sorprendida por dentro de que alguien como Yoongi tuviera un amigo tan alegre y enérgico. No era para nada su estilo.

Entonces, el que parecía inmerso en una larga y seria reflexión, tomó aire, dispuesto a soltar todo en lo que había estado pensando.

Le dio un largo discurso sobre lo simple que era por creer algo así, y que había una explicación seria detrás de aquel nombre que él mismo había escogido. La bailarina escuchó atentamente los intentos del chico por dar sentido a lo que para ella seguiría siendo algo ridículo. Incluso hizo una búsqueda en el diccionario online, con la cuál recibieron una serie de definiciones: Brillo, máscara, camuflaje, disfraz, explicación o aclaración... Según él, lo que había hecho era fusionar todos esos términos en uno que definiera lo que hacía. En su momento le había parecido un pseudónimo perfecto para entrar en las calles.