No estas libre del dolor

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La noche era joven y daba tiempo para hacer una parada a su lugar de encuentro con sus amigos, que no dedicados al mismo oficio compartían intereses en relación a la belleza humana. Hanji, una amante de las ciencias y el cuerpo humano, Erwin un apasionado por la psicología humana. ambos esperaban en la barra de un bar compartiendo la misma botella con vasos diferentes que comenzaban a ser servidos por una chica de prominentes pechos que parecía coquetear con ambos, pero estos dos estaban juntos para dar la imagen de ser pareja. 

Desde lo lejos de mofo de aquella escena e hizo ingreso a ella tomando asiento sin un palabra prominente de sus labios.

- Erwin me debes un el resto de los tragos hasta que decida irme por mi cuenta-. Comento Hanji con una efusividad que levanto las cabezas de todos los presentes. Mientras que Erwin no parecía estar preocupado de ello pues un a sonrisa ladina se asomo en sus labios.

-Hanji tu dijiste que duraría poco, yo te dije que terminaría y nunca jamas la llamaría-. sus ojos expresaron una mirada arrogante a la castaña de lentes, que correspondió a esa arrogancia. Pues como nada era seguro todavía ambos miraron al azabache intrigados.

- Erwin me conoce mas que tu Hanji-. El pequeño azabache asomo el peso de su torso sobre un brazo que estaba apoyado sobre la barra. La castaña en respuesta chasqueo la lengua y tomo asiento sucumbiendo a la paga de los tragos de Erwin.

-No voy a beber tanto...por que hoy tengo que ir a trabajar-. Los ojos de la castaña se iluminaron viendo al rubio-. PERO... lo dejaremos para otra ocasión Hanji, esta vez no te las vas a sacar limpias.

La muchacha volvió a chasquear la lengua pero esta vez terminando en un dramático golpe de frente contra la superficie de la mesa. Aquel golpe seco llamo la atención de la camarera a la cual un espasmo le hizo tardar en depositar los tragos sobre el mesón.

-Maldita cuatro ojos compórtate que no me gusta cambiar mi lugar de reunión por tus ridículos escenarios-. Miro a la rendida cabeza de la mujer y luego directamente a los ojos de la camarera, esta no evito corresponder a esa mirada con mas intensidad-. Creo que ya se lo que quiero ordenar-. 

Aquellas palabras encendieron las mejillas de la esbelta dama que se acerco al azabache acomodando sus enormes senos sobre la barra dejando una vista panorámica a la textura de estos-. Pues...estoy a su disposición. Usted solo diga lo que quiere. 

- Saber si en este maldito lugar venderán algún sandwish cojer con zorras desesperadas abre el apetito de cualquier semental-. Correspondió con tono de brusquedad a la mujer transportandola del deseo hasta un estado catatónico.- Despierta tetona quiero comer algo-. 

El rubio observo la escena con sus labios rozando el borde del vaso a punto de percibir el conocido sabor de su licor, y la castaña miraba entre su cabello y teniendo un mosaico de la escena, donde una chica de estilo principesco erótico, accedía obedientemente sin emitir un sonido a ir por algo para el azabache que la observa con evidente desprecio. 

-Ya sabes las reglas de Levi.- Menciono Erwin mirando a la chica de lentes que sonreía de igual manera 

-- No cojer dos veces en un día-- Mencionaron ambos al unisono. 

- No permitiré este arrebato-. Murmuro entre dientes una indignada mujer.

****

La noche parecía decir que era hora de terminar, iluminaba una calle concurrida y un par de hombres que sostenía el difunto cuerpo de una  castaña que hablaba en un español distorsionado por la fuerza del licor que había bebido.

- Yo creo que Levi terminara siendo gay- Decía la muchacha de lentes entre risas contagiosas que el rubio compartía con una sonrisa mientras que el azabache de desligaba de su ayuda a ella.

- Tsk... Llevatela Erwin... Demonios.- Sacudió sus ropas mirando a la chica con desprecio. 

- ¿Tu que harás?- Consulto el hombre de gran altura tomando el cargo de la mujer cargando a esta como caballo mientras la sumisa mujer dormía en sus brazos.

- Me iré a casa no tengo nada mas que hacer. Mi noche fue cumplida.- Respondió con aires de grandeza aquel hombre mientras que miraba hacia el camino que debía seguir comenzando a caminarlo.

- Maldito gigolo-. grito entre risas una Hanji rendida. 

Luego una despedida entre gestos, la pareja se fue y el azabache siguió su camino sin vacilar por el camino mas abandonado, era a la vez el camino mas corto hasta su casa, en su miraba había paz y su mente un vació que solo quería descansar de una noche mas, finalizada como un campeón. 

Sin embargo, aquella paz fue interrumpida cuando sin poder esquivarlo, sintió sobre sus caderas el peso de un golpe de enormes proporciones, fue un dolor intenso pero breve, el resto que pudo sentir fue la liviandad de su cuerpo suspenderse por el aire y unas luces tan brillantes que no le permitía distinguir que era, escasos momentos de su vida donde tras ver ello unas imágenes se transmitieron ante sus ojos con la rapidez de un parpadeo pero la claridad de una vida y con ella acompañada un rostro y una frase que este mismo decía. 

No estas libre del dolor.

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La muerte es un suspiro sublime. 

Una vida de criminal viene acompañado de una muerte lenta y un dolor indescriptible. Pero hay ocasiones en que una muerte como ella no merece llamarse castigo para el peor crimen.

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2015 ⏰

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