El vapor del café creaba una especie de extrañas figuras sobre tu rostro.
Seguías igual de lindo, desde la última vez que te vi.
Esa nariz recta, esas pestañas largas y negras, esos labios.
Tomé un trago de mi chocolate caliente.
No parabas de remover el líquido constantemente, mirando la gente pasar a través del vidrio cristalino.
Existía un profundo silencio entre nosotros.
Tenía tantas preguntas, no sabía por dónde empezar.
¿Preguntaba primero qué había pasado? ¿O te recriminaba por haberte ido de la faz de La Tierra y haberme abandonado sin ninguna explicación?
Dejaste de observar a las personas en la calle para soltar un amplio suspiro y clavar tus bellos ojos marrones en mí.
"Estás hermosa" fue lo primero que salió de tu boca. Me quedé callada haciendo girar la taza entre mis dedos.
Notaste mi incomodidad y volviste a hablar tímidamente.
"¿Cómo has estado?"
"¿De verdad lo preguntas?" fruncí mi ceño con irritación. No sé, qué crees, preguntándome dónde estaba mi puto novio, qué le pasó. Llorando como estúpida.
Hiciste un mueca y te echaste para atrás, jugando con tus manos "Lo siento, estoy un poco nervioso. Pasó mucho tiempo"
"Dímelo a mí" comenté secamente sorbiendo otro trago. Yo había sufrido y esperado por ti, sabía cuanto tiempo había pasado. Casi un año.
Tragaste con fuerza. "Sé que estás enojada Lu, sé que no me perdonarás jamás por lo que hice. No quería hacerte sufrir, pero lo hice de todas formas. Lo sé. Perdón, de verdad. No quería que cargaras conmigo." Hiciste una pausa "Pasaron tantas cosas, estaba harto de mi vida, tú eras lo único que de verdad tenía, y no quería lastimarte. Y repito, no quería que también cargaras con mis problemas."
Escuchaba todo atentamente, con un dolor en lo más hondo de mi pecho. Los recuerdos azotaron como una ventisca en invierno.
Tus ojos se llenaron de lágrimas y apartaste la mirada.
"Mamá murió" trataste que tu voz no flaqueara. No lo lograste.
Mis ojos se cristalizaron también.
"La noche del baile, mamá empeoró. Tuve que llevarla al hospital de inmediato. Me había puesto el traje y todo..." cayó una gota con pesadez deslizándose lentamente en tu mejilla hasta rebalsar en tu mentón. Soltaste un sollozo y bajaste la cabeza, empezando a llorar.
Me olvidé de mi enojo por un segundo, tú habías sufrido más que yo. Pasé mis manos a través de la mesa y agarré las tuyas. Las apretaste con fuerza.
"Estuve nueve días en el hospital, yendo y viniendo, sin parar. Mamá no soportó la lucha... Lo siento por no hablarte, por no contestarte. Mi mente estaba aturdida y, además no quería preocuparte" Soltaste mis manos para secar las lágrimas. "Después no fui días a casa de mi tía, donde nos estábamos quedando, muy ocupado en fumar y drogarme con algunos colegas. Pero mi mente hizo click. Mi hermana no tenía a nadie más que a mí, no le podía hacer esto. No podía lastimarla a ella también, aparte mamá había muerto y me necesitaba"
Tomaste aire para seguirme relatando lo sucedido.
"Dejé las drogas, dejé el cigarrillo. Estoy completamente limpio" las esquinas de tu boca se elevaron hacia arriba en una pequeña sonrisa.
"Me alegra oír eso, lamento mucho no haber hecho nada para salvarte."
"No es tu culpa, yo no quería oír a nadie, no quería que me ayudaran. Fue difícil. No lo niego. Tuve mis caídas, la tentación me ensordecía. Pero estuve con varios grupos de apoyo y al final descubrí por qué lo hacía. Y no tengo deseos de volver a consumir. Comprendí que estaba dañando mi salud y qué no servía para alejarme de la realidad. No se puede escapar de ella, siempre te está pisando los talones."
Diste una exhalación frotándote el rostro bruscamente y despeinando tu cabello un poco. Tomaste aire y volviste a clavar tu mirada en mí.
"Esperé estar limpio para volver a verte. Te he extrañado tanto..."
"Mmm" hice una mueca penosa y te dije "Conocí un chico, Luke, y... estamos saliendo"
"Oh" mordiste tu labio con nerviosismo contemplando el café ya frío. "Debía ser obvio. Ibas a retomar tu vida."
"Te esperé demasiado tiempo, Nate. Tenía la esperanza de que volvieras. Pero no podía quedarme sentada haciéndome polvo cada día que pasaba"
"Lo sé, y lo siento mucho por haber causado todo esto. Por encubrir, por no decirte aunque sea dónde me encontraba. Por guardar todos mis secretos. Espero que puedas perdonarme algún día"
"Nate" negué con la cabeza histéricamente. Te vi angustiado. "Obvio, que te perdono, tonto" solté.
Una sonrisa se ensanchó ampliamente en tus labios.
Me encantaba volver a verte sonreír.
Bueno chicos/as, ahora sí, acá termina. Estoy muy feliz de haberla terminado, ya que es mi primera historia.
Los/as quiero un montón por haber leído y votado.
Espero que les haya gustado.
Dejen sus comentarios, aquí abajo, los leeré con mucho gusto.
MUCHAS GRACIAS.
-China.
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your secrets.
Short Story❝Tu gran sonrisa engreída... no pensé que aquella guardaba tantos secretos❞