Capitulo 1

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Buenas, buenas lectores ¿Qué tal va su vida? Oh, lo siento se preguntaran ¿Quién es el ser, personaje, ente, o lo que sea que sea? Pues yo soy "Dios", aunque no lo crean, soy Dios, al menos soy algo parecido a ello. Ahora que saben quién soy, les diré lo que hago en mi tiempo libre, él cual es infinito y eterno. Les contare un secreto, yo me "aburro cumpliendo todas sus plegarias", y de "vez en cuando" los observo. Les diré que últimamente uno de los suyos me ha llamado mucho la atención. Está persona se llama Pablo Patán, tiene 17 años y asiste a un colegio. Se preguntarán que tiene de increíble, Pablo pretende tener una vida normal; le gusta una chica, discute con sus padres, posee sueños, se masturba casi todos los días, ya saben lo típico, pero Pablo no tiene mucha suerte. Él no es un chico guapo, siempre con su pelo corto desaliñado, sus ojos son comunes, no son verdes ni azules, son cafés, y ni siquiera son bonitos. Esto ya se está volviendo aburrido, lo mejor será que ustedes mismos lo conozcan. Pues veamos que hace.

Sonaba el despertador, en él se puede observar que son las 6:40. Una mano se posa sobre él y lo lanza contra la pared, destrozándolo.
Rayos, ya es de mañana – decía Pablo somnoliento – ¿Dios por qué la noche es tan corta?

Pablo, eres tú al que le gusta masturbarse a las 2 am, me gusta molestarlo.

¿Pero qué mierda? – Pensaba Pablo - ¿Hay alguien allí? – observaba boquiabierto todo el cuarto.
Debió ser mi imaginación.

Pablo aun pensando en lo que le había ocurrido, se comienza a rascar la entrepierna. Se coloca su uniforme escolar y se dirige a la cocina.

¿Mamá ya hiciste el desayuno? – Gritaba para luego quedarse en silencio

Se quedó observando la mesa. Hasta que de pronto.

Auch, eso duele – Grita sobándose la cabeza – Eres una bruta.

Cállate desgraciado ¿Por qué te pones a gritar como loco a las 7 de la mañana? – Le regañaba su madre volviéndolo a golpear.

Después de una discusión, bastante jodida, Pablo se dirige a su colegio.

- Entrega todo el dinero, puta.
- Pero si ya no me queda nada, por favor déjame en paz y vete – Sollozaba una mujer.

Hagamos una pausa, de seguro se preguntaran por qué no estoy allí para ayudar a esa mujer. La respuesta es sencilla, no quiero, simplemente no quiero ayudarla, tal vez ni siquiera crea en mí, y pues a mí, "dios", no me importa su vida. Continuemos.

De pronto Pablo observa como el agresor, golpea el rostro de la mujer.
Pablo se queda en blanco. Solo tardo unos segundos, se puso su pasa montañas, así nadie me reconocerá, pensó.

Oye Pedro, ¿acaso ese no es Pablo? - Preguntaba.

Esteban, si lo es. Pero no le hables, se masturba todos los días, su propia madre lo graba y lo sube a youtube. – se ría hasta descojonarse.

Bien amigos, lo dejo hasta aquí por ahora. Espero les guste.

Punto de Vista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora