Él era un grosero y amargado, era un maestro tan joven para estar tan frustrado. Verlo actuar era genial, él era otro. Me gustaba ver a mi maestro Eduardo actuar, porque apenas así podía gustarme.
Cada vez que era mi turno de ensayar el me corregía hasta mi mal respiración, era un fastidio tomar una hora más de lo habitual, pero el decía día tras día que el escenario no era mi lugar. Que yo no nací pata brillar ante los reflectores, se encargaba de arruinar mi sueño y con más razón le demostraría lo equivocado que estaba.
-Bien. La clase termino, jóvenes. Vamos, dense un fuerte aplauso. - Dijo el maestro al sonar la campana de salida, los talleres siempre eran la última hora pero muchos se quedaban más tiempo por clases de regularización, de otras clases. Y bueno, era mi hora particular con el malvado Eduardo. Era fácil llamarlo de "tu" ya que no merecía respeto mínimo, aunque aún así era en lo único que no le obedecía.
-No, Vicki, tú no. - Con in tacto sobre mis manos hizo que parará de aplaudir. Mi sonrisa se dejó caer y solamente exhale.
Mire a todos salir del salón teatral. Le sonreí a algunos en despedida y subí al escenario. Eduardo estaba en la fila de enfrente, tomando de su botella de agua, raspo su garganta y como si me quisiera se paró, dobló sus brazos y fijamente me miró.
-Interpreta una escena de desamor.
Asentí.
"¿Sabes? Por momentos pensé que siempre estaríamos juntos, que nosotros seríamos la diferencia entre un millón...
¡Stop!
Gire mis ojos, pues me sentía muy cómoda con mi prólogo inventado.
-¿Qué cosas dices, Vicki? - Dijo con un rostro de enfado y no lo niego, me hacía mal que reaccionará así, yo nunca dudaba de mi talento pero tenerlo como maestro era una oscuridad para lograr ser una verdadera artista.
Pero mi plan de ser grande y restregar en su cara aún estaba.
Rodeó y subió los tres escalones, hasta llegar al centro. Donde yo estaba.
-Dímelo a mi, pero usa tu poca o mucha madures. ¿No quieres volver a sonar como niña tonta, mhm?
Bufé desde mis entrañas.
-Nunca fuiste lo que pensé. - Me dí media vuelta.
-Te fallé...
Menciono él.
-Pero a pesar de todo el daño que te hice, estoy arrepentido. - Intento rozar mi piel y ahí fue donde sin pensarlo mucho le tire una cachetada.
La situación se presto y obviamente quería hacerlo.
Eduardo sostuvo su mejilla por algún tiempo y su mirada era tan penetrante.Arrebatado me llevo hacia él, me sorprendí que no pensé que decir o hacer. Ni siquiera pude alejarme. Sentí su respiración sobre mi, y su mirada estaba en mis labios. Todo esto era falso, por lo sentí muy real.
-Aléjate.
Dije y me hecho hacia atrás, casi perdí la estabilidad. Eduardo me fulmino una vez con aquellos ojos color perla, y bajo del escenario rápidamente.
-Fue un desastre. - Decía y baje a seguirlo rápidamente.
-¿Qué? - Dije y volteo a mi.
-¡Me golpeaste!
-No lo hice.
-Fue a propósito. - Dio un paso más cerca. -Espero que al director se lo expliques.
Sin pensarlo, realmente se escapó de mi boca. "Eres un chillón"
Volvió a mi.
-Retírate de mi salón. - Dijo y se fue.
Suspiré y mirando al suelo, ya estaba dispuesta a rendirme con este profesor. No tenía la necesidad de soportarlo, ya todo esto era un berrinche mío.
Salí de aquel salón sin decir una palabra más.
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En El Escenario.
RomanceVicki y Eduardo, un maestro y una estudiante. Ambos con el mismo gusto por el teatro. Siendo ellos mismos, y juntos son un desastre. A penas en el escenario cuando se encuentran a solas, liberan lo que pueden sentir realmente. El actuar es una cob...