Al día siguiente amaneció muy nublado y frío. No quería ir al colegio, mi cama era tan acogedora y con solo sacar el dedo me congelaba.
Mi madre me grito más de tres veces, y hasta que subió por mi fue cuando obligada me levante.
Tome el té con mi padre.
-¿Qué tal la escuela? - Me pregunto antes de beber. Es raro alcanzarlo en los desayunos, mamá nunca alcanza a comer conmigo porque tiene que arreglar a los gemelos. "Derek y Jonh" son mi adoración, aunque me hagan la vida imposible algunas veces. Tienen apenas 6 años y son los hermanitos más flojos de la tierra.
-La escuela está bien, papá. - Le sonreí con amabilidad. - Supongo que hoy llegarás más tarde al trabajo.
-Supones bien, cariño. Quiero saber mas de tus clases. ¿Tienes buenas amistades?
Reí un poco.
-¿Pasa algo pa?
-Solo quería saber más sobre tu vida escolar.
-Tranquilo. - Bebí más té. - Me gusta mi colegio. Hasta que recordé mi última clase, ahí perdió el sentido todo. Le sonreí.
-Confío en ti, mi princesa. - Acarició mi cabeza suavemente y con cariño.
En ese momento iban bajando mis dos criaturas favoritas. Mamá se encargó de llevarnos al colegio y bien... Un nuevo día por terminar.
Supongo que por el día algunos maestros no vendrían, suele pasar. La lluvia ocasiona muchos accidentes y aguaceros por las casas.
Hice changuitos y repetidamente decía. "Por favor que se le hunda la casa al profesor Eduardo, por favoooor."
La lluvia comenzaba a sonar cada vez más fuerte, las primeras horas eran libres, pues la maestra no llegaba. ¡Wujuuu!
Mire a Vanessa, nos saludamos en un abrazo y fuimos a la cafetería.
-Vicki, vicki. ¡Vicki!
-¡QUÉ! - Respondí y creo que llamé la atención de muchos ahí. - ¿Qué pasa?
-¿Te gusta el profesor? Amiga...-Tomo mi mano-Cállate, deja de hablar de él. Me tienes cansada.
Dijo y quite mi mano, doble mis brazos e hice un puchero.
-No, no. Mejor cállate tú.
Sonrió.
-Ni siquiera puedo hacerlo, porque no me dejas hablar.
Recargue mis brazos a la mesa y me acerque más a Vanessa.
-Solo quiero que entiendas, no me gusta.Pasaron tres horas más.
-Quiero que vayamos, anda. - Decía Dylan.
Había dejado de llover.
-No tengo ganas de ir a su fiesta, nunca fuimos tan amigas.
-¡Que con ella! Estarás conmigo. - Tomo mi mano.
Me puse un poco nerviosa.
-Lo pensaré.
-Aparte mira el lado positivo. ¡Será de disfraces! Nadie sabrá quien eres, y eso lo hace cool. - Me sonrió de manera tramposa y con miles de ideas en su cabeza.
-Bobo. -Le sonreí y antes de decirle algo más, apareció el profesor eduardo. Diciendo un "Buenas tardes"AAGH, quería que no viniera.
-¿Aún lo soportas? - Pregunto Dylan.
-Hago lo posible.
¡Heey, Dylan!
Gritaron unos chicos que estaban sentados en otra banca.
-Ahora vengo, Vicki.
Asentí pero igual no lo espere, y fui al salón.
Caminando por el pasillo sentí mucho sueño, entre al salón y solo me senté para doblar mi brazos y dejar caer mi cabeza sobre ello.
No paso mucho tiempo para dejar de sentir.
-¡ARRIBA!
-¡AH!
Lo que me faltaba, abrir los ojos y ver lo más espantoso del colegio.
Eduardo.
-Tiene más de dos horas dormida aquí, y ya se comió 30 minutos de nuestra clase.-Que emoción... - Deje caer nuevamente mi cabeza.
Escuche sus pasos caminando.
-Te daré un consejo.
Dijo, y casi quería morir de risa.
No dije nada y seguía dispuesta a dormir.
-No vayas a esa fiesta.
Levanté la cabeza rápidamente.
-¿Cómo sabe, nos escucho?
-Los pasillos no hablan más que de eso.
-¿Cuál es su consejo?
-Ten cuidado, nunca sabes que bestia puede besarte. - Me guiño el ojo. No sabía se sentir enojo ó pensar que me coqueteo. Muy poco probable, es lo ultimo que haría.
-Maestro!
Dije y el no regreso, suspiré y con la vista al pizarrón pensé en lo que había dicho.
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En El Escenario.
RomanceVicki y Eduardo, un maestro y una estudiante. Ambos con el mismo gusto por el teatro. Siendo ellos mismos, y juntos son un desastre. A penas en el escenario cuando se encuentran a solas, liberan lo que pueden sentir realmente. El actuar es una cob...