Capítulo 2.

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Al día siguiente amaneció muy nublado y frío. No quería ir al colegio, mi cama era tan acogedora y con solo sacar el dedo me congelaba.

Mi madre me grito más de tres veces, y hasta que subió por mi fue cuando obligada me levante.

Tome el té con mi padre.

-¿Qué tal la escuela? - Me pregunto antes de beber. Es raro alcanzarlo en los desayunos, mamá nunca alcanza a comer conmigo porque tiene que arreglar a los gemelos. "Derek y Jonh" son mi adoración, aunque me hagan la vida imposible algunas veces. Tienen apenas 6 años y son los hermanitos más flojos de la tierra.

-La escuela está bien, papá. - Le sonreí con amabilidad. - Supongo que hoy llegarás más tarde al trabajo.

-Supones bien, cariño. Quiero saber mas de tus clases. ¿Tienes buenas amistades?

Reí un poco.

-¿Pasa algo pa?

-Solo quería saber más sobre tu vida escolar.

-Tranquilo. - Bebí más té. - Me gusta mi colegio. Hasta que recordé mi última clase, ahí perdió el sentido todo. Le sonreí.

-Confío en ti, mi princesa. - Acarició mi cabeza suavemente y con cariño.

En ese momento iban bajando mis dos criaturas favoritas. Mamá se encargó de llevarnos al colegio y bien... Un nuevo día por terminar.

Supongo que por el día algunos maestros no vendrían, suele pasar. La lluvia ocasiona muchos accidentes y aguaceros por las casas.

Hice changuitos y repetidamente decía. "Por favor que se le hunda la casa al profesor Eduardo, por favoooor."

La lluvia comenzaba a sonar cada vez más fuerte, las primeras horas eran libres, pues la maestra no llegaba. ¡Wujuuu!

Mire a Vanessa, nos saludamos en un abrazo y fuimos a la cafetería.

-Vicki, vicki. ¡Vicki!

-¡QUÉ! - Respondí y creo que llamé la atención de muchos ahí. - ¿Qué pasa?

-¿Te gusta el profesor? Amiga...-Tomo mi mano-Cállate, deja de hablar de él. Me tienes cansada.

Dijo y quite mi mano, doble mis brazos e hice un puchero.

-No, no. Mejor cállate tú.

Sonrió.

-Ni siquiera puedo hacerlo, porque no me dejas hablar. 
Recargue mis brazos a la mesa y me acerque más a Vanessa.
-Solo quiero que entiendas, no me gusta.

Pasaron tres horas más.

-Quiero que vayamos, anda. - Decía Dylan.

Había dejado de llover.

-No tengo ganas de ir a su fiesta, nunca fuimos tan amigas.

-¡Que con ella! Estarás conmigo. - Tomo mi mano.

Me puse un poco nerviosa.

-Lo pensaré.

-Aparte mira el lado positivo. ¡Será de disfraces! Nadie sabrá quien eres, y eso lo hace cool. - Me sonrió de manera tramposa y con miles de ideas en su cabeza.
-Bobo. -Le sonreí y antes de decirle algo más, apareció el profesor eduardo. Diciendo un "Buenas tardes"

AAGH, quería que no viniera.

-¿Aún lo soportas? - Pregunto Dylan.

-Hago lo posible.

¡Heey, Dylan!

Gritaron unos chicos que estaban sentados en otra banca.

-Ahora vengo, Vicki.

Asentí pero igual no lo espere, y fui al salón.

Caminando por el pasillo sentí mucho sueño, entre al salón y solo me senté para doblar mi brazos y dejar caer mi cabeza sobre ello.

No paso mucho tiempo para dejar de sentir.

-¡ARRIBA!

-¡AH!

Lo que me faltaba, abrir los ojos y ver lo más espantoso del colegio.
Eduardo.
-Tiene más de dos horas dormida aquí, y ya se comió 30 minutos de nuestra clase.

-Que emoción... - Deje caer nuevamente mi cabeza.

Escuche sus pasos caminando.

-Te daré un consejo.

Dijo, y casi quería morir de risa.

No dije nada y seguía dispuesta a dormir.

-No vayas a esa fiesta.

Levanté la cabeza rápidamente.

-¿Cómo sabe, nos escucho?

-Los pasillos no hablan más que de eso.

-¿Cuál es su consejo?

-Ten cuidado, nunca sabes que bestia puede besarte. - Me guiño el ojo. No sabía se sentir enojo ó pensar que me coqueteo. Muy poco probable, es lo ultimo que haría.

-Maestro!

Dije y el no regreso, suspiré y con la vista al pizarrón pensé en lo que había dicho.

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2015 ⏰

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