DÍA I

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-Vamos Noe, que solo te quedan dos días, no llegues tarde. - Dijo mi padre con sus gritos mañaneros.

Me levanté como siempre sin ganas de abrir los ojos puesto que ya sabía las burlas inquietantes que me esperaban en la entrada del colegio.

Me dispuse a vestirme con unos sencillos jeans negros rasgados que dejaba al descubierto algún que otro corte superficial sobre mis pálidas piernas, ocasionados por las humillaciones que sufría cada día por no ser el típico "maniquí" sin vida al que solo le importa un bonito físico.

Una vez que terminé de vestirme,cogí mi móvil para bajar a desayunar. Sentada en la mesa me  esperaban aquellas deliciosas tostadas que solía hacer mi madre antes de aquel trágico accidente, un accidente que nos cambió la vida por completo.

- Vamos, cometelas de una vez. - Me dijo mi padre señalando a aquellas tostadas quemadas.

Como de costumbre, él se fue al trabajo y a mi me quedaba media hora para desayunar e ir a la parada del bus con Christian, mi mejor amigo.

Sola, frente al plato de tostadas y al vaso de leche me volvieron los miedos e inquietudes. No sabía si comer o simplemente dejar agonizar mis tripas que no recibían alimento de hace ya dos días.

Es una situación que poca gente entiende, ni siquiera mi mejor amiga Gemma sabía el miedo que le tenía a las calorías. Todo empezó en tercero de secundaria, cuando aquellas chicas con cuerpo perfecto se metían conmigo por no ser 60-90-60. Al principio sus comentarios me daban igual, pero d¡spués de aguantarlos un año empecé a creer que si adelgazaba, encajaría un poco más en la sociedad  y me verían con otros ojos. 

-¡Dios, la siete y media!- Grité para mi misma.

Finalmente decidí no comérmelas, coger la mochila y salí al encuentro de Chris.

Mientras me iba acercando a la parada vi a Chris apoyado sobre un poste, con aquellos prefectos ojos grises y aquel castaño pelo. Me entró un nerviosismo intenso que se apoderó de mi ser.

-Qué, ya queda menos eh- Me dijo

-S-si...

El autobús llegó, y nos montamos. Nos pusimos uno al lado del otro.

-¿Qué lado prefieres Noe? ¿Izquierda o derecha nena?

-Me da igual, pero ami no me tratas de nena.- Dije mirándole mal.

-Bueno... ¿Por qué te pusiste hoy tantas pulseras?

-Nada, una nueva moda. En fin, la culpa la tiene el gato.

EN EL COLEGIO

Entramos, como es de costumbre, cada uno por su lado para no joder su popular reputación.

El "ring ring" del timbre sonó, y me aproximé hacia el aula de filología inglesa que daba el profesor Walton, el que más odiaba.

Me senté en el pupitre solitario de la esquina, dejando caer mi mochila cuando Iván, el típico gracioso de turno, le dió una patada haciendo que los libros volaran por lo aires.  Fui a recoger los libros y uno de ellos estaba al lado del sitio de Arián, la típica chica plástica del insituto.

-Ahora entiendo por qué se fue tu madre zorra.

-Así se agachaba tu madre ¿no?. - Me gritó su perrito faldero.

De la impotencia que sentí, cogí mis libros y sin pensarlo fui corriendo al servicio mientras escuchaba insultos de fondo.

                                                    CONTINUARÁ...

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⏰ Última actualización: Jul 30, 2015 ⏰

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"En un intento"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora