Regla número cuatro: No decirle a Ashton donde vives.
En la noche, Ash llegó a mi casa con una almohada y me pidió alojamiento en mi casa. Me dio un abrazo y me exigió que le contara un cuento de fantasía. “Le tengo miedo a la oscuridad” dijo y se acostó en el sofá del salón quedándose dormido. No se fue hasta la mañana siguiente. Verlo tan indefenso solo aumentó las ganas de quererlo más.
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With all my heart
-Cat♡