Forgive me (Jeongmin ~Boyfriend~) mini fanfic

Parte II

-Me da que la quieres más a ella -le empujé hacia atrás, abrí la puerta y salí corriendo de allí.

-¡RUTH! -me alcanzó, pero esta vez sin golpes ni coches de por medio. Me agarró por los brazos para evitar que me fuese, estábamos en mitad de la calle.

-ME QUIERES DEJAR EN PAZ ¿NO TE DAS CUENTA DE QUE ESTO NO VA A NINGUNA PARTE?

-Te juro que no siento absolutamente nada por esa chica.

-Eres un mentiroso de mierda -dije acercándome a su cara y aguantando lágrimas y rabia -os besasteis delante de todo el país y encima me dices eso. Se acabo.

Me giré y me fui sin correr, pero lo más rápido posible. Jeongmin se quedó allí, quieto, durante unos minutos comprendiendo lo que acababa de pasar. Esto era lo mejor ¿no?

Llegué a casa, me encerré en mi habitación y me puse a llorar sentada detrás de la puerta. Por mi cabeza pasaron los cortos momentos que pasamos juntos antes de su última gira.

Me llevó a una playa de noche, estábamos completamente solos, por aquel entonces ni siquiera eramos pareja, caminamos un rato mojándonos los pies hasta que él empezó el juego. Pegó una patada al agua mojándome la espalda, me giré y me defendí de la misma manera. Cambié los pies por las manos y lo mojé prácticamente entero, hasta que, en un ataque de revancha terminamos cayendo los dos. Me ayudo a levantarme, entonces nos miramos, me sonrió y con las manos sobre mis mejillas me beso. Nuestro primer beso.

Esa fue la última imagen que pasó por mi cabeza antes de quedarme dormida. A la mañana siguiente tenía mensajes y llamadas pérdidas de Jeongmin, muchas, que no pensaba responder. Pasaron tres días, mi móvil estaba apagado, con lo cual no sé quién me había llamado y quién no.

-¡RUTH! ¿PIENSAS BAJAR O NO?-de mi boca salió un rugido que mi prima comprendió como un no. Pero no contenta con eso, abrió la puerta de mi cuarto y se sentó en el borde de la cama- ¿No crees que ya es hora de hacer vida normal? -yo estaba en la cama, me pasaba allí tumbada todo el día- llevas días así, eres joven, no dejes que esto te amargue -me destapó la cabeza que tenia contra la almohada.

-¿Puedes irte? -dije intentando no sonar borde mientras me volvía a tapar. Mi prima Adriana suspiró y salió de la habitación.

-Deberías replantearte lo que has hecho, el brillo en los ojos que tenías cuando estabas con él no lo he vuelto a ver desde que vives en esa cama -cerró la puerta y al momento me incorporé y tiré la almohada contra la madera descargando mi furia.

-¿ME ESTÁS ECHANDO LA CULPA A MI? -la puerta se volvió a abrir

-Si -dijo seria.

-Encima -dije levantándome de la cama- Yo no he engañado a nadie -la furia me terminó de invadir cuando recordé la imagen.

-¡Él tampoco!

-PERO SI LO VIO TODO EL PAÍS ¿QUÉ ME ESTAS CONTANDO? -mis ojos comenzaron a brillar, mis ganas de llorar aumentaron.

-ÉL TE QUIERE ¿VALE?

-Y TÚ QUE SABES, ¿EH? NO TENES NI...

-¡ESTUVO AQUÍ! -ambas nos callamos y nos quedamos mirándonos.

-¿Qué? -susurré con un hilo de voz. El nudo en mi garganta me hacia daño.

-Cuando viniste de madrugada y te encerraste aquí, a la mañana siguiente, muy temprano, vinó, intenté convencerlo de que se fuera, de que no querías verlo, al final nos sentamos en el sofá y me contó la historia, se derrumbó. Él no tiene nada con esa chica, fue ella, su grupo va a hacer comeback, y como el single de Boyfriend ha tenido éxito... te dedicó el premio ¿sabes?

Se acercó con su teléfono en la mano y me enseñó su perfil de twitter.

''Mi mayor premio es ella''

''Encima del escenario soy feliz, trás el, ella me hace feliz''

Dos mensajes que consiguieron que una lágrima recorriera mi rostro.

Adriana cambió esos mensajes por el perfil de su compañero de grupo, Hyunseong. Este había subido una foto, el premio estaba sobre la mesa, los gemelos detrás haciendo el tonto sin mirar a cámara y el líder abrazando al maknae, en un lateral estaba Jeongmin, recostado en un sofá, con gesto triste a pesar de haber ganado un premio y con el móvil en la mano, mirándolo. Aquello me partió el alma en dos, salí corriendo de la habitación dejando sola a mi prima.

Aparqué el coche justo donde empezaba la arena. Había ido hasta la playa, quería estar sola, pensar, pero lo único que hice fue llorar, me quedé de pie, en la orilla, mirando hacia el horizonte y preguntándome donde estaba el límite de mi subnormalidad, estaba convencida de que había perdido a la persona que más me había querido nunca. Agaché la cabeza, a pesar de estar sola me tapé la cara con el pelo, nadie me veía llorar, pero ya era costumbre.

-¿Cómo puedes ser tan idiota Ruth? -se me quebró la voz al dedicarme aquellas palabras llenas de verdad, aun que alguien no opinaba igual que yo.

-No lo eres -levanté la cabeza deprisa limpiándome la cara y me giré.

-¿Qué haces aquí? -murmuré. Miré sus ojos tan solo un segundo y sentí una punzada en el corazón, sentí ganas de llorar otra vez. Bajé la cabeza de nuevo frotando mis ojos, pero él no es tonto, nunca lo ha sido.

-Exactamente igual que la primera vez ¿recuerdas? -tenía las manos en los bolsillo y sus ojos miraban hacia el mar- te diste un buen golpe y, a pesar de ello, me querías hacer creer que estabas bien escondiendo la cabeza de la misma manera -dio un paso acercándose a mi- es algo muy tuyo.

-Jeongmin... yo...-no me atrevía a mirarlo, ni siquiera sabía que hacia allí y por que me hablaba después de lo que le había hecho- lo siento... -mi voz se quebró de nuevo, a la vez que mis ojos rojos dejaban salir más agua salada. Sin decir nada, me acercó a él, rodeando mis hombros con un brazo y con el otro sujetando mi nuca. Aquello hizo que llorara más- lo siento mucho, soy imbécil -dije entre sus brazos, aun tenía las manos tapando mi cara, a pesar de que él me abrazaba.

-Ya está -besó mi cabeza- tranquila -deshizo el abrazo y me apartó las manos de la cara, llevo las suyas hasta mis mejillas, sus ojos se clavaron en los míos rojos e hinchados.

-Lo siento -repetí, aún sin fuerzas, pero esta vez mirándolo.

-Yo también.

-Adriana me lo ha contado, yo... -tragué saliva- no debí ser tan mala contigo, lo siento de verdad -sus pulgares limpiaron mi cara.

-Sonríe por favor, no soporto verte así -me dijo colocando un mechón de pelo tras mi oreja, lo hice débilmente y él también- eres mi mejor premio.

Esas fueron sus palabras justo antes de besarme, exactamente en el mismo lugar donde nos besamos por primera vez.

FIN