Y ahí estabas tú

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Me mirabas con aquella sonrisa,

sí,

esa que me volvía loca.


Me buscabas las cosquillas,

y intentaba hacerme la dura y no reír;

pero veía tu sonrisa,

y no lo podía evitar.


Me veías cuando estaba rota,

me escuchabas cuando decía que estaba bien,

y de repente me abrazabas haciendo de pegamento de mis piezas rotas.

Y ahí estabas tú,

para lo bueno y lo malo;

aguantándome y queriéndome.

versos de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora