Le hablé de ti al amor, y te amó.
Le hablé de ti a la noche, y se iluminó.
Le hablé al sonido de tu voz, y se le grabó.
Le hablé de ti a la muerte, y te inmortalizó.
Le hablé al olvido de ti, y desde ese día jamás te olvidó.
Pero cuando le hablé al odio de ti, no pudo odiarte, se enamoró tanto de ti, tanto como yo.
William Osorio Nicolas.
