Siempre pensé que la vida tenía que estar llena de emociones, de experiencias, de personas...
Pero, la vida es algo más que todo eso, la vida se compone por lo que tú quieras, podemos elegir llenarla de tristeza o de alegría, de vida o muerte, de comienzos o finales, pero sin importar lo que elijamos, tiene que estar llena de nosotros, llena de lo que somos.
Ese día decidí que era mejor para mí, me hizo tan felíz haber elegido empezar a confiar en mí y en las cosas buenas que estaban a mi alrededor, la risa de mis abuelos, la lluvia, las colinas, los animales, las personas buenas; empecé a creer en las cosas buenas.
Después de tantos días decidí salir, empecé a correr por la colina, era un día único, el sol brillaba, las aves volaban en parvadas, el rocío mañanero aún fresco, y el olor a tierra húmeda impregnaba el ambiente. Sin duda era la definición de perfección para mí.
Corrí y corrí hasta que llegué al bosque de las afueras del pueblo, me encantaba éste lugar, era mi escondite preferido; empecé a cantar.
Vuela, vuela lejos del dolor
Corre y tropieza
Levantate y alivia tu dolor
Empieza a brillar
Busca un nuevo sol
Alejate Y vuelve
Destruye su temor
Llevalo tan lejos
Y hazlo creer en el amor
Volví a mi casa, tomé el desayuno, una ducha, me vestí y salí a las calles, para convencerlos de quien soy.
