Momentos antes de la fiesta en algún taller a las afueras del pueblo.
Su teléfono comienza a sonar en su cazadora al fondo del taller, él reconoce su tono de llamada y deja a un lado los alicates para dirigirse al lugar de donde provenía su melodía.
-¿Sí?- contesta agarrando el teléfono con apenas dos dedos para evitar mancharlo de grasa.
-Joder Mark, ¿sales ya o qué? Como siempre llegaremos tarde gracias a ti, hace media hora que te llevo esperando aquí fuera, ¡te he llamado veinte veces!-contesta algo alterado.
Se despega el móvil de la oreja para comprobar que lo que dice su amigo es verdad.
-Venga va, que pareces mi novia tío, tan solo fueron quince y además aún son las 21:30- dice sin tomarse la conversación muy en serio.
-Está bien, pero sal ya, que estoy aquí en la puerta solo esperándote como un gilipollas y hace un frío de cojones-contesta algo más calmado.
-Vale nena, vale, espérate que me quito el mono y salgo a buscarte-dice mientras no para de reírse.
-Menos descojone y sal ya anda, imbécil- dice mientras termina la conversación pulsando el botón rojo.
Se dirige a su taquilla sin demasiada prisa, se quita su mono de trabajo y se hace bien recta la raya del pelo mientras se mira en el espejo. <<Debe estar guapo, no vale peinarse de cualquier manera, hace mucho que no ve a Ainhoa y quién sabe lo que puede pasar entre ambos con unas copas de más>>-piensa mientras ríe para sí mismo- un polvo de una noche nunca viene mal- ríe aun más mientras se echa bien de colonia.
Coge las llaves, cierra la entrada al taller y se dirige a la puerta trasera donde le está esperando Kevin.
-Joder tío, luego soy yo la nena, menudo pestazo a colonia-ríe mientras saluda a su amigo.
-Mientras le guste a Ainhoa a mi me vale, anda sube a la moto y calla pringao-contesta mientras le cede uno de los cascos.
-Te la quieres tirar, ¿verdad cabrón?-dice mientras se sube a la parte trasera de la moto.
-¿Y quién no Kevin? ¿Tú has visto lo buena que está? Por esa niña siempre ha habido ostias-contesta mientras se ajusta bien el casco a la cabeza-El otro día me abrió whatsapp diciéndome que tenía ganas de verme, y eso es una señal hermano, tengo en la cartera más de diez condones, ¿te crees en serio que la voy a desaprovechar? Si quieres algo en toda la noche búscame en su cuarto, porque no voy a salir de ahí-ríe mientras arranca la moto.
-¿Y Paula qué? ¿No te da pena tío?
-¿Pero qué eres ahora? ¿Su hermano mayor?-ríe sin parar mientras va aumentando la velocidad.
-No tío es que yo creo que...La veo muy pillada por ti Mark-contesta algo confundido.
-Ni es que ni ostias Kevin, ¿se va enterar? No. Pues ya está, déjalo ya- dice bastante ofendido.
-Vale vale tío... Yo te lo decía para que luego no te arrepientas...
Pega un fuerte frenazo en mitad de la carretera que deja una fuerte marca de las ruedas en el asfalto mientras golpea el manillar con fuerza.
-Joder, ¡se me ha olvidado coger la puta pulsera!-grita una vez que la moto está completamente quieta en mitad de la carretera.
-¿De qué puta pulsera me estás hablando ahora? Por poco nos matamos, joder-dice bastante agitado.
-La pulsera de oro que le he comprado a Ainhoa, me la he dejado en la mesilla joder, me cago en la puta...-contesta mientras gira el manillar de la moto y retoma el camino de vuelta a casa.
-¿Me estás diciendo que por una puta pulsera para Ainhoa casi nos matas?, ¡Mira que eres gilipollas!-contesta bastante enfadado.
Mark no hace caso a las quejas de su amigo y no deja de pisar el acelerador hasta que llega a su portal.
-Espera aquí, será solo un momento- dice mientras se baja de la moto lo más rápido que puede. Introduce la llave en la cerradura y da largos pasos hasta su habitación qué se la encuentra cerrada.
-¡Soy yo cariño!-dice con entusiasmo tratando de disimular su fuerte cabreo de antes- se me ha olvidado coger dinero y ya sabes que odio salir de casa con las manos vacías-dice mientras abre la puerta-será solo un momento...-su tono de voz va disminuyendo a medida que comprueba que no hay nadie en esa habitación.
Cierra la puerta con fuerza y recorre una tras otra cada una de las habitaciones de la casa buscándola desesperadamente.
-¿Paula? ¿Dónde coño estás, Paula?-grita hasta desgarrarse la voz.
Golpea cada uno de los muebles de la habitación con todas sus fuerzas hasta sangrarle los nudillos. Kevin oye unos fuertes golpes desde abajo y se dirige rápidamente a la casa.
-¿Qué ocurre Mark?-grita desde la entrada, y al no obtener respuesta decide dirigirse al lugar de donde provienen los golpes.
Encuentra a su amigo golpeando una de las paredes del dormitorio con todas sus fuerzas, y todos y cada uno de los muebles de la habitación destrozados en el suelo. Observa perplejo la escena desde el marco de la puerta sin entender nada de lo que está sucediendo.
-Mark, ¿qué es todo esto? ¿Qué ha pasado?-pregunta confundido.
-¿Que qué ha pasado? -Grita desesperado-¡Esa zorra ha salido a la calle sin mi permiso!
-Bueno, cálmate, seguro que ha ido a visitar a su madre y estará al llegar Mark-dice quitándole importancia al asunto.
-No ha ido a visitar a su madre gilipollas-grita mientras se separa de la pared y se dirige al armario- ha ido a un puto cumpleaños en algún local con esos putos niñatos.
Abre con fuerza cada uno de los cajones y saca todas y cada una de las prendas de Paula mientras las agarra todas con fuerza.
-¿Qué vas a hacer con todo eso Mark?- pregunta sin entender lo que está pasando.
Mark se dirige con paso decidido a la única ventana de la habitación y la abre con rabia mientras tira todas las pertenencias de la chica por la ventana.
-¡Mark, para joder!-grita mientras le agarra ambos brazos tratando de pararle.
-¡Ni se te ocurra tocarme!-grita mientras se deshace de los brazos de su amigo- ¡Esa puta no volverá a pisar mi casa!
-Pero Mark...-contesta mientras trata de detenerlo de nuevo.
-¡Te he dicho qué no me toques, joder!-grita mientras gira su cuerpo hacia su amigo y le golpea con todas sus fuerzas en la nariz.
Kevin cae al suelo dolorido apoyando las manos sobre su nariz de donde no cesa de salir sangre.
-¡Me la has roto gilipollas!- grita con rabia.
-Lo siento, sabes que no soporto que me toquen cuando estoy cabreado-contesta algo arrepentido-dime que sabes dónde está ese local-dice muy alterado.
-¿Para qué Mark?- contesta confundido.
-La voy a matar Kevin, te juro por mi madre que la voy a matar-dice mientras aprieta sus puños con fuerza.
-¡Mark, escúchame!-grita tratando de parar los pies a su amigo.
-Déjate de gilipolleces Kevin, de mi no se ríe nadie, y menos una niñata de dieciocho años-contesta mientras abandona la habitación.
-¡Escúchame, joder! ¿No te parece mejor coger la jodida pulsera del cajón, irnos de una puta vez al cumpleaños de Ainhoa, acostarte con ella y olvidarte de Paula, en vez de acabar en la cárcel como un gilipollas?-dice mientras se levanta lo más rápido que puede del suelo y se dirige a donde está su amigo.
Mark se frena en seco en mitad del pasillo, y sin girarse hacia Kevin, que se encuentra en esos momentos detrás de él, contesta:
-Tienes razón, el que la hace la paga, y si ella ha tratado de reírse de mi me las va a pagar, te juro que la voy a hundir hasta el fondo, tanto, que ni siquiera tendré que acabar con ella yo para verla desaparecer, lo hará ella misma después de esta noche, por fin tuviste una buena idea gilipollas-contesta mientras una media sonrisa se dibuja en su rostro.
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LA RESPUESTA NO ES LA HUIDA.
Teen FictionPaula, 18 años recién cumplidos, un pueblo de España, una vida planificada antes de tiempo, un amor no correspondido, peleas, celos, prohibiciones, sexo, drogas y otros vicios. ¿Abandonará esa vida planificada? ¿El amor pasará a ser correspondido...