It's A Love Story (Peeta & Katniss)

Capítulo 1.

Abro mis ojos y me encuentro tumbada bajo tierra en una tumba. La tumba está abierta y de a poco van apareciendo las personas que más amo y extraño.
-¡Cinna, Finnick, Prim! -les grito emocionada pero hacen como que no me escuchan.
En cambio, cada una de las personas muertas que conozco se acercan para echarme encima una pala de cenizas. Las personas no paran de llegar y echarme cada vez más cenizas, y, cuanto más me entierran, más me cuesta respirar. Intento gritar pidiendo ayuda, suplicarles que se detengan, pero las cenizas me llenan la boca y la nariz, y no logro emitir ruido alguno. Tal vez me lo merezca...
Me despierto sobresaltada y asustada, emito un grito ahogado y respiro profundamente. Las lágrimas no tardan en salir y me encuentro acurrucada en posición fetal. No encuentro motivación para salir hoy, como siempre. Cierro los ojos intentando dormirme nuevamente, y, cuando estoy por hacerlo se abre la puerta.
-Me alegra que hayas vuelto chico. -se escucha la voz de Sae, al parecer alguien está con ella.
-A mí también, extrañaba el Distrito 12. -dice la voz de Peeta.
Esperen... ¿Peeta? Me levanto de un salto de la cama y corro hacia el baño. Trato de higienizarme lo más que puedo para parecer presentable y me cambio. Bajo rápidamente las escaleras y peino mi cabello con mis dedos.
-Hola Sae. -digo y luego me encuentro con los ojos de Peeta. -¿Peeta? ¿Qué haces aquí?
Debo admitir que tiene buen aspecto. Delgado y lleno de cicatrices de quemaduras, como yo, pero puedo notar que en sus ojos ya no se ve esa mirada turbia y atormentada. Sin embargo, frunce el ceño al examinarme. Me aparto el pelo incómoda por su mirada y me doy cuenta que está sucio.
-Hola Katniss. -dice finalmente.
-¿Por qué estás aquí? -le pregunto algo a la defensiva.
-Salgamos para que lo veas. -dice él y yo lo sigo no muy segura.
Abre la puerta y puedo ver varios arbustos plantados.
-Los plante por ella.
En un momento de confusión, la palabra rosa, se me cruza por la mente y estoy por gritarle de todo a Peeta cuando me doy cuenta de lo que verdaderamente son, primroses, prímulas.
-Gracias. -digo sin saber que más decir.
Peeta asiente y tras mirarme una ultima vez, se aleja hacia su casa. Me quedo un tiempo mirando a las flores hasta que decido meterme nuevamente dentro.
-¿Vas a comer algo? -me pregunta Sae.
Acepto a regañadientes y como un poco de la sopa que me preparó ella. Me dejo caer en el sillón y miro al fuego de la chimenea, mi pasatiempo favorito desde que volví aquí.
-Te dejé la cena en el refrigerador, adiós Katniss. -me avisa Sae.
No me molesto en sacar mis ojos del fuego y la puerta se cierra, dejándome sola nuevamente. Se ve que el mundo está empeñado a que no duerma porque cuando cierro los ojos, un horrible maullido, al que no esperaba oír nunca más, hace que abra mis ojos. Tiene marcas de garras de algún animal salvaje, la pata trasera está levantada y se le marcan los huesos de su cara. Debió haber venido desde el Distrito 13. Ha venido a buscar a Prim.
-Has perdido tu tiempo, no está aquí. -le digo, y Buttercup bufa. -No está aquí, bufa todo lo que quieras, no vas a encontrar a Prim. -Al oír su nombre, se anima, levanta las orejas y empieza a maullar, esperanzado. -¡Vete! -le grito y le tiro un cojín, el cuál esquiva. -¡Lárgate! ¡Aquí no hay nada para ti! -empiezo a temblar, furiosa con el gato. -¡No va a volver! ¡No volverá jamás! -agarro otro cojín y me levanto para apuntar mejor; las lagrimas surgen de la nada y me caen por la mejilla. -Está muerta. -me agarro el vientre para que no sea tanto el dolor, pero me derrumbo sobre los tobillos y me agarro al cojín, llorando. -Está muerta, gato estúpido. Está muerta.
Un sonido mitad llanto, mitad grito, sale de mí y da voz a mi desesperación. Buttercup también gime. Intento echarlo pero no se va, sino que camina en círculos a mi alrededor mientras sufro de un ataque de llanto tras otro. Al final, me desmayo. Él parece entender que para sobrevivir tendrá que hacer cosas que, antes, consideraba impensables, ya que, cuando me despierto en la cama, él está conmigo. Se ha colocado a mi lado, con sus ojos amarillos abiertos y alerta, para protegerme de la noche.
Al despertarme por la mañana, decido limpiar sus cortes y se queja cuando le saco la espina de la pata. Empezamos a llorar los dos nuevamente, pero de alguna manera, ambos acabamos consolándonos mutuamente. Peeta aparece nuevamente con Sae, horas después, y trae una barra de pan caliente. Buttercup se restriega en los píes de Peeta, el cual lo acaricia mientras Sae nos prepara el desayuno. Una vez que está listo, nos sentamos a comer en silencio, sólo con un par de palabras entre Peeta y Sae. Sae se va minutos después, dejándome como siempre, la cena. Me levanto para lavar los platos y Peeta hace lo mismo. Lavamos en silencio y al terminar me dejo caer en el sillón.
-¿Tu fuiste el que me dejó en mi cama anoche? -pregunto rompiendo el silencio.
-Si, me pareció haber escuchado gritos y tu puerta estaba abierta. -dice él. -Vi que estabas desmayada en el suelo y te llevé a tu habitación.
-Gracias.
-¿Tuviste una noche dura? -pregunta Peeta tratando de mantener la conversación.
-Todas mis noches son duras desde que volví al Distrito 13.
<<Y desde que dejé de dormir en tus brazos>> pienso.
-Al menos pareciera que tuviste compañía. -me dice señalando a Buttercup.
Me permito sonreír un poco mientras asiento.
-Katniss debo irme, están reconstruyendo la panadería y debo ver como anda todo. -me explica. -Espero verte pronto.
-Está bien. -digo algo triste, una parte de mí esperaba que se quedara un rato más.
-Ah y Katniss... Yo... Yo... -dice y parece algo dubitativo. -Yo aún te quiero. -susurra lo suficientemente alto para que lo escuche.
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¡SORPRESA! !ESTE ES EL PRIMER CAPÍTULO DE MI NUEVA NOVELA SOBRE KATNISS Y PEETA! A LOS NUEVOS LECTORES, ME LLAMO DELFI. ¡ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO! ¡LOS QUIERO!