Capítulo Dos

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"... Nuestras acciones son las que ponen las cosas en movimiento y tendremos que vivir con eso..."

Liam conducía sin rumbo, pensaba en su madre y en su hermana Charlotte. Las lágrimas no tardaron en salir, los sollozos inundaron el auto del castaño. Se detuvo al lado de la autopista y lloró con descontrol. Desahogándose, golpeando el volante. Gritando cosas sin sentido. Quería dormir, para despejarse. Pero no podía, los vampiros no pueden dormir.
Los ojos le ardían. Se secó las lágrimas bruscamente. Se miró a través del espejo retrovisor.

- Te odio. - Dijo Liam al ver su reflejo. - ¿Por qué diablos no moríste?
Apretó fuertemente el volante hasta que sus nudillos se quedaron blancos.

Suspiró y volvió a poner el auto en marcha. Andaba distraído, no se sentía cansado, pero extrañaba aquella sensación. Y fue cuando regresó a la realidad : Chocó la parte trasera de un auto. Oh no, estaba en problemas.

Un chico bajó del auto, algo preocupado. Liam bajó de su auto, el chico se dio cuenta de su presencia. No podía ver mucho, era muy noche y estaban en medio de la nada.

- ¿Estás bien? - Dijo el chico de cabello rubio y ojos celeste cielo.

- Si, tranquilo.

- En serio lo siento, frene de golpe, no sabía que nadie estaba detrás.

Liam se dio cuenta, vio los autos y como decía el rubio, el había frenado, haciendo que Liam quedé detrás de él.

- No importa, no fue nada grave. - Liam no era una persona de carácter fuerte, era callado, muy callado.

- Me llamo Niall, Niall Horan. - El rubio extendió su mano hasta Liam, el cual la estrecho.

- Liam Payne.

- Oye, es algo tarde, ¿Qué tal si te invito un café? - Niall sonrió. Tenía una encantadora sonrisa.

- Claro, debe de haber un café 24 horas por aquí.

- Tu sigueme.

Ambos entraron a sus autos y fueron al mencionado café. Estaba vacío. Una que otra persona estaba ahí. Se sentaron en una mesa apartada de las demás.

- Y bueno, ¿Qué edad tienes Liam? - El castaño levantó la mirada del suelo.

- 19 años y ¿tú?

- 18 años.

- Y ¿Qué hacías en la autopista a las 2 de la mañana?

- Eso mismo te preguntó yo.

- Pues...

La chica se acercó y Liam mentalmente la agradeció.

- ¿Qué les sirvo?

- Dos cafés, por favor.

La muchacha caminó hacia la cocina y se adentró en ella.

- Entonces, ¿Me dirás que hacías en la autopista tan tarde? - Niall apoyó los antebrazos en la mesa y puso su cara entre sus manos.

- Te lo diré, si tu me lo dices primero.
El rubio soltó un bufido, pero al final lo aceptó.

- Soy un vampiro.

Liam se quedó estático al escuchar eso, y no por no creerlo, sino que, él era igual. La camarera se acercó con dos cafés.

- Ahí está, no me crees. - Niall tomó algo de su café, y miró a Liam.

- ¿Por qué dices eso?

- Parece que hubieras visto un fantasma. Sólo dilo, estoy loco.

- Explicame eso de que eres un vampiro.

- Salía de una fiesta. Un chico me seguía. Me atrapó cerca de un callejón. Me mordió el cuello. Luego me dio algo de su sangre y por último me rompió el cuello. Cuando desperté, él ya no estaba.

- Y ¿Lo viste?

- No, sólo escuché su voz. ¿Por qué me preguntas eso? ¿Me crees? - Liam se lo quedó viendo, el azul de sus ojos se intensificaba.

- Sí, te creo. - Niall sonrió.

- ¿Por qué?

- ¿Porque qué?

- ¿Por qué me crees ? Hace un momento parecía que no lo creías.

- Por qué... Yo también soy uno.

Niall se empezó a reír, Liam estaba serio.

- Oh, ¿Lo decías en serio? Ó ¿Te burlas de mí?

Liam sacó una pequeña navaja que su abuelo le regalo a los 15 años, la abrió y se la mostró al rubio.

- ¿Qué con eso? - Liam se hizo un corte en la muñeca, Niall se asustó. La sangre empezó a salir. Pero Niall no se tentaba, era sangre de vampiro. La herida se fue cerrando lentamente.

- ¿Sigues creyendo que me burlo de ti? - Tomó un par de servilletas y limpió la sangre de la mesa y de la navaja, y después la guardó.

Niall no sabía que decir. Se había quedado como una piedra.

- ¡Diablos! Ahora tengo hambre. - Niall se cruzó de brazos y puso una cara muy graciosa.

- ¿Desde cuando eres vampiro? - Liam suavizó su mirada seria.

- Hace una semana y ¿tú?

- Un mes y medio. Me fui de casa, no quería dañar a mi familia.

- Yo me marché por lo mismo. Es algo peligroso para ellos. Yo vivía con mi madre y mi hermano menor Jeremy, tiene 3 años.

- Yo estaba con mi madre y con mi hermana Charllote, de 8 meses.

Se quedaron callados unos momentos, pero Liam habló.

- ¿Tu familia lo sabía?

Niall lo miró incrédulo.

- Claro que no, no iba a involucrarlos en algo así.

- Entonces, ¿Qué le dijiste con respecto a tu ida?

- Fingí mi muerte. - Liam abrió los ojos como platos, ¿Fingir una muerte? - ¿Tu muerte? - Niall levantó la mirada de la servilleta que doblaba y se centró en el castaño.

- Sí, choqué mi auto y éste explotó. Supuestamente yo estaba dentro del auto cuando éste sufrió la explosión.

El oji-marrón se que callado, no sabía que responder. Sí, debía de alejarse para mantener a salvo a su familia, pero prefería contarles lo ocurrido en vez de hacerles sufrir con algo así.

- ¿ Tu que excusa pusiste ? - Liam lo observó detenidamente, sus ojos. Dicen que los ojos son las puertas del alma. Entre vampiros, es algo diferente, ellos no poseen un alma. Es una de las muchas cosas que uno pierde cuando lo convierten.

- No me excuse... Yo les dije la verdad.
Niall lo miró con el ceño fruncido, como si no entendiera.

- ¿Les contaste qué eras un vampiro? - Liam no contestó, ahora que lo pensaba, no fue muy buena idea.

- Liam, ¿Ellas saben que eres vampiro?

- Sí... - Fue la única palabra que el castaño pudo articular.

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⏰ Última actualización: Aug 02, 2015 ⏰

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