Smile (One Shot) (Dino - SEVENTEEN)

Smile I

Cuando mis pies tocaron la tierra, mis fosas nasales fueron golpeadas con un intenso olor a pino. Tomé una profunda respiración y luego solté el aire con una sonrisa en mi boca, ese día sería diferente. Acomodé mi mochila y justo antes de poder comenzar a caminar siento un fuerte empujón que hace que pierda el equilibrio y caiga sobre la tierra.

-¡Oh vamos Jen! No es momento de que estés en suelo.- Mi mejor amiga me miraba desde unos pocos metros de distancia. Me reincorporé y busqué con la mirada a las personas causantes de mi caída. A unos cuantos pasos de distancia de mí se encontraba todo el grupo del fondo. Se los conocía así ya que siempre se sentaban en el fondo de la clase para poder hacer lo que se les daba la gana.

-Idiotas.- Bom, mi mejor amiga, se encontraba a mi lado mirando en la misma dirección. Si bien ellos eran nuestros compañeros de clase, no compartíamos una fuerte relación. Ambas tratábamos de mantenernos lo más alejadas posible.

-No dejes que te arruinen la diversión ¡Estamos en el campamento New Experience!- Llevábamos esperando la llegada del campamento desde hacía más de dos años. La escuela donde estudiábamos siempre llevaba a los mejores alumnos a ese lugar. Era como una especie de premio. Bom y yo nos habíamos esforzado para conseguir un lugar. Todos los alumnos que asistían a ese campamento volvían a sus hogares completamente extasiados y llenos de experiencias que contar.

-No entiendo cómo es que ellos están aquí.- Mis ojos no se había apartado en ningún momento del grupo de chicos y chicas que reían y hablaban. Aún no podía creer que ellos habían logrado asistir al campamento, estaba casi segura de que serían dos semanas sin verlos.

-Aunque se sienten en el fondo de la clase, son responsables y sus calificaciones bastante altas.- Bom solía defenderlos con frecuencia. Estaba segura que lo hacía porque ella había pertenecido a su grupo, antes de que yo me mudara a la ciudad. Ella comenzó a juntarse conmigo y se terminó distanciando de todos ellos. A veces sentía que yo sólo era un estorbo que le impedía volver a formar parte del grupo.

-Vamos.- Mi amiga me sonrío. Ambas comenzamos a caminar hasta que nos unimos al resto de los alumnos. Éramos más de ciento cincuenta. Había un total de cinco escuelas juntas. Frente a nosotros había un escenario donde se encontraban unas cuantas personas vestidas con el mismo uniforme, eran los coordinadores del campamento.

-¡Sean todos bienvenidos al campamento New Experience!- Los gritos no tardaron en hacerse escuchar. Todos los que nos encontrábamos allí estábamos igual de emocionados. Por fin nuestro esfuerzo en la escuela daría frutos –Mi nombre es Kyung y seré uno de sus coordinadores.- Aplaudimos al recién presentado –Este campamento cuenta con muchas actividades para que ustedes puedan realizar, siempre y cuando sea dentro de los horarios establecidos y junto con su pareja.- La confusión se hizo presente en los rostros de todos los alumnos. Ninguno de nosotros se esperaba eso. ¿Parejas? Nadie nos había advertido de algo así. Por lo menos ahora entendíamos por qué razón la mayoría de los alumnos que iban al campamento volvían estando en una relación –Para una mejor organización, desde hace unos años, se comenzó a implementar el sistema de "Parejas"- La explicación por parte del hombre dejaba mucho que desear –Serán parejas mixtas para que se logre una mayor igualdad.- Los quejidos de disconformidad resonaron en todo el lugar. Nadie quería pasar dos semanas enteras con una persona que no conocía, y peor si era del sexo opuesto –Todas las actividades que deseen realizar la deberán llevar a cabo con las persona asignada, durante las horas de almuerzo podrán estar con su grupo de amigos, y las cabañas serán, de hombres por un lado y mujeres por el otro.- Al menos se había asegurado de que no hubiera alguna escena indeseada en las cabañas –Le cederé el micrófono a mi compañera que comenzará a decir los nombre de las parejas ¡Disfruten y diviértanse!- Aplaudimos por última vez antes de que la mujer de no más de treinta años comenzara a decir nombres. Bom y yo esperamos durante unos cuantos minutos. Cuando dijeron su nombre y el de un chico de otra escuela tuve que quedarme sola. Éramos unas cincuenta personas las que quedábamos. El resto ya había sido asignado con su respectiva pareja y se habían comenzado a ir a la cafetería para llenar sus estómagos.