Capitulo octavo

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RUPE

-Por un instante pensé que me querías matar.-Hoy yo llegue antes que ella, estaba en su puerta antes de que saliera.

-Eso sería estúpido, sería como la hidra; cortas a una cabeza y aparecen dos más.

-Ah, comprendo.

-No, no lo comprendes. Si te hubiera querido matar, estarías muerto. Yo, no fallo.

Sentí un escalofrió. Tenía la horrible sensación de que decía la verdad.

Entramos en clase. Pude ver que la mujer que habían puesto de profesora tenía cara de pánico. Y miraba fijamente a Zoe, que a su vez miraba por la ventana, absolutamente fría e inexpresiva. La mujer tomo aire y comenzó a hablar de manera temblorosa.

-Como medida de seguridad hemos decidido que los alumnos estableceréis vínculos mentales. Esto se hace bajo un simple hechizo. Voy a informar ahora para que bajen los escudos protectores, y podréis usar vuestra magia para usarlo.

Y lo noté al instante, la fuerza, el poder, mi elemento, mi magia.

Y antes de que la profesora pudiera explicar nada, Zoe me metió un puñetazo en el brazo. No muy fuerte, pero me clavo los nudillos. Y allí estaba, el vínculo, que ella ya había creado. Dijo hacia la mujer:

-Si ya hemos acabado, ¿podemos irnos?

La profesora, sin valor para decir lo contrario, asintió, y ella se levantó y se fue. Y la seguí.

Entró en su apartamento y dejo la puerta abierta para que pudiera pasar sin siquiera mirarme. Y fue derecha hacia un gran ventanal que iluminaba el salón. Salió, pues en realidad era un balcón. Llovía levemente.

-¿Lo has hecho tú?

-Creo que no, que la lluvia simplemente me recibe. Disfruta de este corto momento de libertad, de disfrutar de aquello que por nacimiento es tuyo.

-¿Crees...? ¿Crees que podrías sacarme de aquí? No digo por mucho tiempo, se lo de que te localizaron una vez y volvería a pasar y esas cosas.

-¿Y por qué debería ayudarte?

-Hoy por ti mañana por mí... y siempre va bien tener a tu vigilante de tu parte.

-No suena mal. Te has dado cuenta de lo de la conexión ¿no?

-Sí.

-Podrás decirme cosas con solo pensar en la conexión y en lo que quieres decir. Bueno, no cuando activen la represión, o como ellos lo llaman, el escudo. También podre sentir si te meten una paliza o algo así, y técnicamente también funciona al revés, aunque ya me ocupare yo de lo contrario.

-¿Por qué? A mí me viene bien, te tendría más vigilada.

-Me gusta ser independiente. No te rayes con lo de la conexión, no vas a hacerme cambiar de opinión y solo vas a perder tiempo.

-Me lo apunto.

-Van a subir ya el escudo, te vas a encontrar mal. Deberías irte.

-Hasta mañana.

Me fui. Y no se equivocó. Fue horrible cuando volvieron a activar el escudo. Solo era capaz de pensar en la posibilidad de que ella me sacara de allí.

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