III

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Tras firmar varios papeles, visitar el edificio entero -que seguramente me perderé porque es enorme- y presentarme ante algunos trabajadores salí a la calle donde mi padre me esperaba apoyado en la limusina.

-¿Que tal? -Dijo mi padre en un susurro
-Bien, supongo -respondo. -Mañana empiezo a las ocho. -Resoplo.

Al llegar a mi casa estuve buscando algo decente en mi armario para ponerme mañana, opté por un vestido corto que me llegaba por muy encima de las rodillas azul turquesa de manga corta y unos tacones negros, algo formal.
Tras esto me tumbe en la cama mirando al techo
¿Y si mi jefe era el striper de la otra noche? Pero no puede ser, se le veía tan formal, tan estirado que me era imposible pensar que fuese bailarín, pero su taruaje, ese tatuaje le delataba, no lo vi muy bien pero estaba segura de que era el mismo y estaba en el mismo lugar.

Un ruido me hizo salir de mis pensamientos, era mi hermana.

-Tata ¿que tal la entrevista?
-No creo que dure más de dos días -río
-Solo es acostumbrarse -Dice -por cierto, te llamo para decirte que como me voy a vivir con Dylan mi casa se queda libre si quieres puedes quedarte.
-En serio -Salto de la cama -mil gracias her, necesitaba una casa para mí ¿cuando te mudas?
-Pues la semana que viene seguramente podrás traer ya tus cosas.

A la media hora de estar hablando con ella me incorporo y empiezo a recoger el cuarto, tenía ganas de tener una casa para mi sola, independizarme.

...

Un sonido horrible me despierta de mis sueños, las seis ¿por que había que levantarse tan pronto? Lo odiaba, a regañadientes me dirigí al baño a tomarme una ducha rápida y a cambiarme, para el maquillaje decidí algo sencillo, un poco de base y máscara de pestañas y el pelo suelto, hoy tenía que llegar antes ya que me tenían que entregar los horarios.

El bus me dejó justo enfrente del edificio y eso me alivió.
Subí al ascensor y cuando se cerraron las puertas una mano impidió que se cerraran por completo, un hombre rubio de ojos azules oscuros, era bastante atractivo y llevaba el traje bastante ajustado uf, Cat, relajate -pensé- este se giró y me sonrió sin enseñar los dientes

-Buenos días señorita -Dijo sin apartarme la mirada, sus ojos eran azules oscuros.
-Buenos días -respondí tímidamente
-Mi nombre es Klaus -Levantó la mano
-Catherina -Le di la mano y éste la beso

Subir diecisiete pisos con un tío tan potente como este a veces pueden ser eternos.
Al fin las puertas se abrieron en mi piso, él aún tenía que subir dos plantas más.

-Bueno, un gusto conocerte Catherina -Me sonrió esta vez dejando ver su preciosa dentadura
-Igualmente -contesto con una sonrisa

Cuando las puertas se cerraron pude respirar, dios mio, si todos los tíos en esta empresa son así, me quedaba de por vida.

Me acerqué a la secretaria y le pedí mis cosas, ésta me dio una gran caja y me señaló una puerta al lado del despacho de Ian.

-Pongase el uniforme antes de llevarle el café al señor Somerhalder. -tras esto la mujer -o mejor dicho, la barbie- siguió leyendo su revista.

Entré en mi despacho, era un poco pequeño pero estaba bien, tenía dos ventanas al fondo, una pequeña mesa de madera con un cartel -Srta Salvatore- una silla de cuero y enfrente otras dos de madera, las paredes eran blancas al igual que el suelo y muchas estanterías llenas de papeles que me tocará ordenar.

Abrí mi caja y saqué el horario, no estaba mal, por suerte trabajaba por las mañanas excepto los viernes que trabajaba por las tardes, luego saqué varios bolis y cuadernos con la firma de Somerhalder -vaya egocéntrico- pensé.
Y al final de la caja se encontraba el uniforme, lo saqué y vi que era completamente negro de tirantes y con un pronunciado escote, me lo puse por encima y vi que me quedaba muy corto, me llegaba casi a la mitad de los muslos, rápidamente lo volví a meter en la caja y lo guardé en uno de los cajones de la mesa.

Ocho en punto, unos pasos se oían carca de mi despacho, seguramente sería Ian, por lo que me levanté y rápidamente me dirigí hacia la cafetería para preparar su café.

Llamé a la puerta y entré, Ian sin quitar la vista de unos papeles que tenía sobre su ordenada mesa me soltó.

-Tienes un uniforme para algo ¿no señorita Salvatore?
-Me está demasiado corto, creo que debería esperar hasta encontrar uno de mi talla -Digo dejando el café en la mesa
-Es de su talla, no me haga enfadar y pongaselo -Dijo con su ronca voz.
-Si piensa que me voy a poner ese uniforme, lo lleva claro -me crucé de brazos
-Debería cambiarse, no le queda bien esa mancha en el vestido -por primera vez en todo el rato me miró a los ojos.
-¿Que man..-

No me dio tiempo a terminar la frase cuando Ian se levantó y me acorraló contra la pared, le tenía a apenas unos centímetros y la piel me comenzaba a arder.

-Esta mancha -Dijo éste cuando agarró el vaso y me arrojó el café sobre mi vestido. -Ahora ve a cambiarse señorita Salvatore -dijo sonriendo de lado, me calle recordando las palabras de mi padre y salí dando un gran portazo.

-Capullo.

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Sentimos haber tardado taaanto en escribir, pero a partir de ahora subiremos más a menudo, espero que os haya gustado y comentar :)

Looooooove *-*

@_Isabm & @nataliagma :)

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⏰ Última actualización: Aug 18, 2015 ⏰

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