Al siguiente día, desperté, y pasó lo mismo, y al siguiente día... y al siguiente... y así, una semana.
Zayn se comportaba extraño, y casi nunca estaba en casa, y cuando lo estaba, estaba en el teléfono, y decía que estaba algo cansado.—Zayn... creo que estás trabajando demasiado.— le dije un día ya recostada en la cama, dándole la espalda.
—No... no lo creo.— dijo con voz ronca, antes de apagar la lámpara de la mesa de noche. Pasó uno de sus brazos por mi cintura, y beso mi hombro. –Descansa.— después de eso, ambos nos quedamos dormidos.Desperté, y como toda la semana pasada, Zayn ya no estaba en casa. Jake seguía en casa, ya que era sábado.
—Mami, ¿podemos ir a nadar?— me preguntó con la boca llena de cereal.
—Cuando termines de desayunar.— le dije sonriendo, el solo asintió, y terminó su cereal.Subió a su habitación, y se puso su bañador, yo hice lo mismo. Jake quiso jugar en la piscina toda la tarde, mas solo estuvimos ahí dos horas. Salimos de esta, y nos dimos un baño, esta vez Jake aceptó. Ambos nos encontrábamos en mi habitación mirando una película animada, cuando escuché el auto de Zayn en la cochera. Entró a la casa, riendo, junto con otra voz, femenina. Escuché que dijo "espera aquí" y comenzó a subir los escalones.
—Hola.— me dijo entrando en la habitación. Jake se puso de pie, y se lanzó a los brazos de Zayn, el lo atrapó, y lo cargó.
—Hola.— le dije sonriendo, al igual que el.— ¿Quién está abajo?— pregunté mirando hacia la puerta.
—Oh....— dijo mirando el también. –Ven... acompáñame.— Asentí, y baje la escalera, con Zayn que aún cargaba a Jake. Bajamos, y había una chica de estatura baja, castaña, y ojos mieles, con el cabello trenzado, 20 años aproximadamente, mirando la casa desde la entrada. —____, ella es Victoria.— dijo extendiéndole una mano a la chica. –Ella cuidará de Jake este fin de semana.— me dijo sonriendo, nervioso.
—¿Qué?— pregunté con una leve sonrisa en mis labios, mirando confundida a la chica. —¿Cuidarlo? ¿Para que?— le pregunté a Zayn.
—Saldremos de viaje.— me dijo sonriendo.— Ven, vamos arriba.— me dijo antes de que yo pudiera decir algo. –Victoria, espera aquí con Jake. – le dijo bajando a Jake de sus brazos, la chica solo asintió, y le sonrió a Jake. Mientras Zayn y yo subíamos las escaleras, vi como la chica se inclinaba para hablar con Jake. Llegamos a la habitación, y Zayn se sentó en la cama, y yo junto a el.
—¿Qué... esta pasando?— le pregunté riendo.
—Tengo varias sorpresas este fin de semana.— dijo
alzando una ceja, sonriendo.
—¿Te parece si iniciamos ahora?— me preguntó haciendo caso omiso de mi pregunta.
—Está bien.— le dije poniéndome de pie. –Pero antes dime algo. ¿Quién es ella?— dije mirando hacia la puerta.— No voy a dejarle a Jake a cualquiera.— dijo alzando una ceja. No solo preguntaba por eso, si no que sentía una sensación de celos.
—¿Victoria?— me preguntó poniéndose de pie, y soltando una pequeña risita. –Es mi prima. Cuidará bien de Jake.— asentí, y caminé hacia la puerta, Zayn la abrió, y me susurró al oído. —¿Celos?— yo solo le di un ligero codazo.Bajamos, y Victoria seguía de cuclillas, hablando con Jake, que pareció, tomarle más confianza.
—Vicky, cuídalo bien.— le dijo Zayn, mientras abría la puerta principal. Ella solo asintió. –Ten, por si necesitas algo.— le dijo Zayn sacando de su billetera, un pequeño fajo de dinero. –Jake.— dijo refiriéndose a este, que estaba sentado en el suelo. Mamá y yo saldremos, te quedarás con Vicky, ¿si? – le dijo inclinándose de cuclillas, igual que Victoria.
—Sí papi.— dijo Jake asintiendo con la cabeza. –Adiós.— dijo antes de abrazarlo. –Adiós mami.— dijo abrazándome la cintura. Lo abracé igual, Zayn me hizo una seña para que saliera, y lo hice.
—Suerte.— le dijo Victoria a Zayn, yo no entendía porque. Zayn solo le sonrió, y susurró gracias.
Salimos, y Zayn tapó mis ojos con una mano, mientras sacaba un pañuelo de su saco, y lo ataba sobre mis ojos.
—¿Qué haces?— pregunté tomando sus manos, para no caer después de que ató el pañuelo.
—Te llevo hacia la primera sorpresa.— jardín de la casa, y caminamos –lo que yo sentí— una cuadra. —¿Lista?— me preguntó con ambas manos en el nudo del pañuelo. Yo solo asentí, y este deshizo el nudo.