Sinopsis

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-Cuando traerás tus tareas hecho?!-me grito la profesora con una cara de color tomate. Estaba que sacaba humo de las orejas al ver por la 15 vez que no hice mi trabajo.

-No se, estaba ocupada.-respondí mirando mis uñas que por cierto tenia que pintármelas de negro nuevamente.

-Ocupada en que?

-En mirar la televisión.-la verdad es que no lo hice simplemente por el hecho de que odiaba a mi profesora.

-Quiero tus tareas completados mañana!

-Si, claro.-rodé los ojos y infle la burbuja de mi chicle para luego explotarla enfrente de mi profesora.

Todos los alumnos me miraron para luego mirar a la profesora muy divertidos. Como sea, me llamo Sabrina. Si quieren saber como luzco aquí va mi descripción, bueno tengo el pelo castaño con unos ojos azules claros. Siempre visto de negro, pues diría que es lo que me luce más. Si, tengo amigos y amigas. Somos un grupo de 8 personas. Mayra, Jimmy, Elena, Alicia, Manuel, Steven y Jason incluyéndome a mi. Son los chicos mas divertidos que jamas podría encontrar.

-Sabrina, estás poniendo atención?-dijo nuevamente esa mujer de pelo rizado. Quieren saber porque tanto la odio? Simple, es tan amargada que no la aguanto.

-No.-conteste indiferentemente.

-Bien, sal a visitar la dirección y mándale saludos de mi parte.-me levanté y antes de cerrar la puerta la mire enojada.

Al tronar la puerta, camine por el pasillo casi vacío. Había esos grupos de chicos populares coqueteando con las típicas zorras del instituto. Ahí estaba Alejandro, el chico mas deseado y popular de este lugar. El es tan diferente a su grupo de amigos. Es tan distante, frío y arrogante con las chicas.

-Vaya preciosa, que haces fuera de clase?-pregunto el chico rubio mirando mi cuerpo descaradamente.

-Contando las veces que los idiotas me preguntan la misma cosa.-conteste mirándolo de arriba hacia abajo. Pude observar una pequeña sonrisa dibujarse en el rostro de Alejandro.

El chico rubio cerró su boca y seguí caminando hacia la dirección. La puerta estaba cerrada y la secretaría no estaba en su lugar. Toqué la puerta y salió la secretaría con el cabello desordenado y el director sacudiendo su vestuario delicadamente. Vaya, en que tipo de instituto me inscribieron mis padres, por el amor del cielo.

-Otra vez aquí?-respondió el director fastidiado.

-Créeme, a mi tampoco me gusta estar parada en este lugar.-respondí dirigiendo mi vista a la secretaría.

-Eh... Bueno, si quiere le doy el período libre.-sonreí y salí de su escritorio. Se preguntaran porque no me regaño esta vez? Exacto, tenia asuntos que arreglar con la joven secretaría de pelo desordenado.

Caminé tranquilamente hacia el pasillo nuevamente y los chicos seguían platicando con las porristas.

Alejandro me siguió de la vista hasta girar hacia el baño. Me mire al espejo por segunda vez del día y me senté sobre los lavamanos. No, no soy superficial. Es más, odio las chicas superficiales con cara de payasos plásticos como las porristas. No tenía nada que hacer. Mis amigos estaban encerrado en las clases y yo aquí encerrada en el baño. Todo era muy tranquilo hasta que oí los chillidos de Andrea, la chica que colecciona mas hombres en su cama o eso dicen las personas del instituto.

Está chica se acerco a mi con un actitud horrorosa y puso una mano en su cintura señalándome con su pinta labio.

-Que acaso no piensas quitarte de ahí?-preguntó frunciendo las cejas.

-No ves que hay mas espacio a la derecha?-dije levantando una ceja.

-Para tu información, este es mi lugar.-señalo donde estaba sentada.

-Pues, aquí no esta escrito tu nombre.

-Si esta escrito idiota.-contesto mostrándome su nombre escrito con un pinta labios de color rojo.

Genial, piensa en una replica o quedarás como una idiota.-dijo mi subconsciente.

-Ahora no.-borré con mi dedo pulgar su nombre.

-Acaso me estas provocando?-guardo sus aretes en su cartera y se amarro el pelo.

¿Me esta insinuando que quiere pelearse conmigo? ¿En el baño? ¿Justo cuando en unos minutos, la campana sonará?

-Que haces?-pregunte confundida.

-Sabes pelearte?

-Porque la pregunta?

-Porque si no sabes, yo te enseñare.-trono sus dedos y su cuello.

-Piensas que correré como una cobarde?-baje de los lavamanos y amarre el pelo haciéndome un moño.

Dulces mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora