Ladrones

1.2K 87 4
                                    

De pronto, Benedict tomó mis manos con suavidad y un rubor rosado apareció en sus mejillas.
-¿Puedo pedirte algo?- dijo tímidamente.
-Claro- dije sonriendo -¿Qué ocurre?-
-Puede que suene algo atrevido pero...- dijo para luego tomar aire -¿Puedo besarte?-
-¿Qué?- dije sorprendida.
-No debí preguntártelo- dijo negando -lo siento-
-No...- dije sonrojada -es solo que tú... bueno... nos acabamos de conocer y...-
-Lo sé...- dijo él -es extraño pero siento que tú y yo tenemos algo... como una conexión extraña-
-¿Tú también lo notaste?- dije aún más roja.
-Si- dijo sonriendo y tomando mis mejillas con suavidad -¿Me concedería el honor de robarle un beso señorita (T/Apellido)____?-
-Está bien señor Cumberbatch- dije sonriendo.

Lentamente, su rostro se fue acercando al mío mientras mi pulso se aceleraba.
Cuando nuestras narices se unieron noté un extraño escalofrío recorriendo toda mi espalda mientras su cálido aliento golpeaba mis labios con suavidad.
Estuvimos unos segundos disfrutando aquella sensación hasta que yo fui la que se lanzó a besarle.
Fue un beso dulce y cálido lleno de ternura, simplemente perfecto.
Aquel cosquilleo de mi estómago era más intenso y me encantaba sentirlo.

Cuando nos separamos ambos sonreímos algo sonrojados.
-Besas muy bien- dijo Benedict -te robaría muchos más como ese-
-Ya- dije sonriendo -tú también besas muy bien-
-Gracias- dijo sonriendo -¿Quieres volver a la fiesta?-
-Si- dije -todo el mundo estará preguntándose donde nos hemos metido-

Volvimos a la fiesta y todo seguía como antes de irnos, lo que nos resultaba gratificante.

Al terminar la fiesta, me fui a mi habitación con una enorme sonrisa.
me puse mi pijama y un golpeteo en mi puerta me distrajo.
-¿Qué tal tu día?- dijo Nana con una sonrisa.
-¡Ay Nana!- dije rebosante de alegría -es perfecto-
-Lo vimos todas- dijo sonriendo -sois perfectos-
-Creo que estoy enamorada Nana- dije dejándome caer en la cama para mirar al techo -y es maravilloso-
-Ten cuidado reina- dijo ella -recuerda que todos son traicioneros-
-Él es diferente- dije sonriendo -estoy segura de que no me hará daño-

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Pasaron unos meses y no volví a saber nada de Benedict.

El no tener noticias suyas, me hacía estar muy baja de ánimos.
Apenas sonreía, casi no comía, no conseguía conciliar el sueño por las noches... estaba muy mal, tanto que mi hermano lo notó.
-Hey- dijo entrando en mi habitación -¿Estás bien?-
-Si- dije con una leve sonrisa sentándome en mi cama.
-Es algo tarde y aún no duermes...- dijo él -llevas semanas así, apenas comes nada y ya no sonríes. ¿Es por Benedict?-
-Si- suspiré -no puedo creerme que no me haya escrito o al menos visitarme-
-¿Quieres verle?- dijo levantándose -vístete-
-¿Por qué?- dije comenzando a vestirme -¿Qué quieres hacer?-
-Si no viene a visitarte- dijo Eric con una sonrisa pícara -Vamos a hacer que venga-
-¿Cómo?- dije poniéndome las botas.
-Ya verás- dijo él tomándome de las manos -vamos-

Ambos corrimos a los establos para preparar nuestros caballos.
Cuando yo intenté agarrar el mío, mi hermano me subió al suyo.
Salimos cabalgando de nuestra propiedad bajo la fría y oscura noche camino a casa de los Cumberbatch.

Dejamos a Trueno oculto en unos matorrales muy altos y nos colamos en la mansión.
Había algunos guardias pero logramos despistarles y colarnos en los establos.
-¿Qué hacemos aquí?- susurré.
-Esto- dijo agarrando un hermoso caballo -este es el caballo de Ben-
-¿Piensas robar su caballo?- dije -¡Nos matará!-
-Tranquila- dijo él -cuando sepa que fuiste tú no hará nada-
-Pobre está asustado- dije acariciándolo haciendo que se calmase -Buen chico. Te vienes a casa con nosotros pequeño-

Nos subimos a aquel hermoso animal y conseguimos salir sin ser vistos pero dejamos el reloj de mi hermano para que supiesen quien fue.

Recogimos a Trueno y al llegar a nuestra casa, dejamos al caballo de Ben con Sombra, que era el caballo que amaestré yo misma.
Ambos se llevaban muy bien y estuvieron un rato jugando antes de que nos fuésemos a dormir.

A la mañana siguiente, estaba ayudando a Elisabeth y a Oliver a cuidar los nuevos gazapos que habían nacido cuando escuché un caballo acercarse.
Salí de allí y vi que era Benedict.
-Hey- dije al verle echo una furia -¿Qué haces tú aquí?-
-Tengo que hablar con tu hermano- dijo molesto.
-No es con él con quién debes hablar- dije seria -¿Vienes a por tu caballo verdad?-
-¿Cómo lo...?- dijo el sorprendido -¿Has sido tú?-
-Ven- dije arrastrándole a los establos -¿Ves? está perfecto-
-Gracias a Dios- dijo abrazando a su caballo.

Comencé a notar como mi enfado aumentaba al ver que solo tenía ojos para su caballo.
-Creo que me debes una explicación- dije seria -¿Por qué no me has escrito?-
-No me dejaban hacerlo- dijo mirando al suelo.
-¿Por qué?- dije agarrando su brazo para que me mirase -¿Por qué no has podido?-
-Porque...- dijo con los ojos cristalizados -estoy prometido-
-¿Qué?- dije notando como mi corazón estallaba en mil pedazos -¿Desde cuando?-
-Desde hace un par de semanas- sollozó -mi padre me obligó porque creía que tú no querrías aceptarme al tener tantos pretendientes-
-No- dije derramando las lágrimas -para, no quiero escuchar más-
-(T/N)_______- dijo agarrando mis mejillas -Yo te amo a ti y lo sabes-
-Mientes- dije separándome violentamente mientras lloraba -¡Creí que eras diferente de los demás pero eres igual que todos!-
-No- dijo llorando -Tienes que creerme (T/N)______ por favor...-
-No quiero volver a verte- dije llorando.
-No por favor- dijo intentando atrapar mi mano pero salí corriendo de allí.

De camino a mi dormitorio me choqué con Eric.
Escuché como me llamaba pero hice caso omiso y subí directamente a mi habitación.
Cerré con un fuerte portazo y lloré con todas mis fuerzas.
Mi corazón estaba hecho trizas por culpa de un hombre al que apenas conocía.
Si aquello era lo que la gente sentía cuando le rompían el corazón no quería volver a enamorarme de nadie.
Me tumbé en la cama y lloré durante varias horas mientras pensaba en como Benedict iba a tener una vida feliz con otra que no era yo.

La criada (Benedict Cumberbatch y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora