La criada (Benedict Cumberbatch y Tú)

Vuelta a casa

Nota de la autora:

Recomiendo leer este capítulo con la canción I'm Coming Home de Skylar Grey
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Cuando Nana curó mis heridas, agarré mis cosas y me fui al jardín para reunirme con los demás.

El hombre de espeso bigote estrechó mi mano con firmeza y una suave sonrisa.
-Señora Cumberbatch- dijo él -soy el juez Simon-
-Encantada señor Simon- dije correspondiendo su apretón -gracias por haber hecho esto por mi-
-No hay de que- dijo él -pero será necesario que mañana se presente en los tribunales para declarar contra sus antiguos dueños y sus familias-
-No es necesario denunciar a los anteriores- dije -el pasado es pasado y puedes huir de él o aprender de él-
-Pues deberá ir para juzgar a los Graham- dijo él.
-¿Qué pasará con los niños?- dije mirando como dos policías les subían en su caballo.
-Irán al orfanato- dijo el juez.
-¿No podemos hacer algo por ellos?- dijo Benedict -ellos no tienen la culpa y no merecen pasar allí Dios sabe cuánto tiempo-
-Pues...- dijo él frotándose el bigote lentamente -podrían adoptarles si lo desean-

Miré a Benedict y tomé su mano con suavidad cuando él me la agarró.
En sus ojos había algunas dudas pero tenía la decisión de querer adoptarles.
-¿Qué opinas amor?- dijo él -¿Quieres ser su madre a partir de ahora?-
-Llevo siendolo mucho tiempo- dije con una suave sonrisa -y no quiero que sufran el horror de estar en un orfanato-
-Señor juez- dijo Ben con una sonrisa -deme a mis hijos-

Los policías bajaron a los pequeños del caballo que corrieron a abrazarme con una sonrisa y lágrimas en sus ojos.
Les arropé en mis brazos y les ayudé a subir al carruaje mientras Benedict hablaba con los criados.
Los niños estaban muy felices de que fuésemos sus nuevos papás y no dejaban de besar mis mejillas.

Cuando Benedict subió al carro para ir a la ciudad una sonrisa iluminó su rostro.
-Los criados de los Graham y sus esclavos vendrán con nosotros- dijo él.
-No se merecían esto- dije acariciando el cabello de Claudia, la cual estaba sentada en mi regazo -nadie merece un trato así-
-Lo sé amor- dijo Ben besando mi frente -y mañana tienes que declarar todo-
-Lo haré- dije -pero el resto de gente que me tuvo en su poder no merece ser culpada-
-Claro que si- dijo Benedict -nadie puede comerciar con alguien libre-
-Lo sé- dije suspirando -pero sabes que no soy rencorosa-
-¿Quién es usted y que ha hecho con mi esposa?- dijo sorprendido.
-Solo a veces- reí.

Cuando llegamos al hotel donde nos hospedaríamos, los niños tuvieron su propia habitacion, Nana la suya y nosotros una apartada.

Entré en el baño y me quité la ropa, mis heridas aún me molestaban pero Nana las había curado muy bien.
De pronto una suave caricia recorrió mi espalda con un suspiro.
-¿Qué clase de monstruo puede hacer algo así?- dijo Benedict.
-Más de los que tú crees Ben- dije agarrando un frasco de sales.
-Me encargaré de que no te queden marcas mi amor- dijo él -aunque sea lo último que haga-
-¿Puedes dejarme sola?- dije girándome y tomando sus mejillas entre mis manos -quiero meditar sobre lo de mañana y necesito saber todo lo que voy a contar-
-Está bien- dijo con una suave sonrisa- tómate el tiempo que necesites-

Una vez Benedict se fue, preparé la bañera como a mi me gustaba.

Cuando sumergí mi cuerpo en el agua salada, un escozor recorrió mi espalda.
Que las heridas me doliesen era una buena señal de que la sal estaba limpiando las heridas y ayudando a cerrarlas.
Apoyé mi cabeza en el borde y comencé a pensar en lo del juicio hasta que unos golpecitos llamaron mi atención.

Nana entró en la habitación con unas toallas y un vestido nuevo con flores rosas.
-Esto es de Benedict- dijo ella con una sonrisa -estamos muy felices de tenerte de vuelta-
-Gracias Nana- sonreí -os extrañé muchísimo-
-Y nosotros a ti princesa- dijo ella acariciando mi cabello húmedo -tus padres se pondrán muy contentos-
-Eso espero- dije sonriendo.
-Lo has tenido que pasar muy mal- dijo ella -pero pronto estarás en casa-
-No hay nada en el mundo- dije -que más desee-

Salí de la bañera una vez terminé y nana me ayudó a vestirme para reunirme con los niños abajo.

Los pequeños Cindy y Tom me abrazaron con mucha fuerza y unas hermosas sonrisas en sus rostros.
Ambos estaban muy felices de que yo y Ben fuésemos sus nuevos papás y nosotros eramos muy felices de ver como rebosaban alegría.

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Tras unos días, pudimos volver a Londres, el lugar donde crecí y tenía mi hogar.

Ver como el barco se aproximaba al puerto, hacía que mi corazón palpitase con fuerza y más aún al ver unas figuras muy cambiadas esperando.
-Tranquila- dijo Benedict besando mi mejilla -estás en casa ahora y nadie volverá a hacerte daño-
-Llevo años esperando esto Ben- suspiré reteniendo las lágrimas -aún creo que esto es un sueño del que me voy a despertar-
-No lo es mami- dijo Claudia tomando mi mano -vamos, los abuelos nos esperan-
-Tom, Cindy- dije sonriendo -agarrad vuestras maletas-
-Si mamá- dijeron ellos corriendo a buscarlas-
-(T/N)________- dijo Alice la criada -¿Crees que... podremos seguir siendo amigas?-
-Por supuesto- dije abrazándola -me salvaste la vida allí y siempre estaremos juntas-
-De acuerdo- dijo ella con una sonrisa.
-Es más- dije mirando a Ben con una sonrisa -Benedict tiene un amigo muy mono que puede que te guste-
-Correcto- dijo Benedict sonriendo -Vamos chicas-

Baje lentamente por aquella pasarela tomando la mano de Benedict.
Mis rodillas temblaban y mi pulso estaba muy acelerado cuando toqué por fin el suelo firme.

Un hombre con espeso bigote, alto y fortachón pero bastante delgado corrió hacia mí, me rodeó con sus brazos y rompió a llorar.
-Hola papá- dije sollozando.
-Mi niña- dijo llorando -mi preciosa y adorada niña-
-Que delgado- dije con una risilla llorosa -¿Mamá te ha tenido a dieta?-
-Fueron las ganas de que volvieses- dijo ella abrazándome con fuerza y llorando -menos mal que estás bien-
-Ya no tenéis que preocuparos más- dije -ya estoy en casa-
-Que delgada estás- dijo Wanda estrujándome -tendrás que comer mucho para recuperar fuerzas-
-No lo creo mamá- dijo Benedict sonriendo.

Un hombre de la misma edad que Benedict le abrazó, era su mejor amigo Tom Hiddlestone.
-¡Tom!- dije estrujándole.
-¡(T/N)_____!- dijo él riendo estrujándome -no has cambiado nada-
-Ni tú- reí -mira quiero presentarte a alguien-

Agarré la muñeca de Alice que estaba roja como un tomate y Tom comenzó a sonrojarse.
Ambos se cayeron muy bien a los pocos segundos.

Finalmente pudimos volver a casa donde pude volver a mi vida tranquila junto a mi perfecta y adorada familia.

Nota de la autora:

Y este es el final de la novela!!!!!

Muchísimas gracias por haber leído esta obra.
Espero que os haya gustado mucho y no olvidéis vuestra opinión en los comentarios.

En breves subiré una nueva obra titulada "La aprendiz" (Spencer Reid y Tú).
En esta obra (T/N)______ es una estudiante de criminología a la que destinan a la BAU para hacer sus prácticas.
Allí conoce a Spencer Reid el cuál pasará a ser su mentor. Ambos se dan cuenta de que son muy parecidos y comienzan a tener atracción entre ellos ¿Podrán resistir la tentación o se dejarán llevar?.

También quiero empezar otro Fanfic de Khan.
En esta historia, (T/N)______ es una chica que ha perdido todos sus recuerdos y comienza a trabajar en la Flota Estelar tras haber pasado por experimentos y varios entrenamientos.
Un día, Se encuentra con un hombre de mejillas marcadas, labios perfectamente curvados y unos hermosos ojos llamado Khan que asegura conocerla perfectamente.
Necesito que me deis un buen titulo para esta.

OS AMO!!!!!

Paraiso94