#MarcandoLaDiferenciaCD9 [Alonso Villapando]

Capítulo 72 [Maratón 3/5]

Cuando llegamos a su casa, noté que no había nadie, le iba a preguntar pero sonaría raro.

Alonso: Ven ____, siéntate donde quieras, es tu casa, iré por un vaso de agua.

____: Claro, gracias -Le sonreí, fui a sentarme al primer sofá que vi, me dispuse a esperar a Alonso, si casa era muy bonita.

Alonso: Aquí tienes -Dijo dándome el vaso cuando llegó, sólo asentí con la cabeza -____.

____: ¿Si?

Alonso: En verdad, lo siento.

____: Esta bien.

Alonso: No, es enserio, no es broma ____, perdón por haberte ignorado ese día, por haber permitido que te empujara, por no darme cuenta cuando te fuiste, por ser tan distraído, en serio, perdón.

____: Ese día no parecía que te importara mucho.

Alonso: Es que en serio, era una amiga que no veía hace años, era como mi mejor amiga, simplemente me dejé llevar y por mi culpa te hicieron daño, te secuestraron, te pasó lo que te pasó.

____: Eso, sólo ya no lo menciones, ya pasó ahora estoy aquí.

Alonso: ¿Me personas ____? En serio, estoy arrepentido.

____: Mmm, no sé, lo pensaré -Reí.

Alonso: Eres mala -Rió, se levantó y se sentó en el mismo sillón en el que yo estaba.

____: Es que no sé, no estoy convencida en perdonarte.

Alonso: Tal vez esto te convenza -Dijo y se acercó a mis labios dándome un beso.

____: No, no me convenció.

Alonso: Podemos arreglarlo -Dijo dándome otro beso, ahora más apasionado, el beso se salió de control ahora ya no era un beso tierno, Alonso se puso encima de mi, poniendo sus manos a los lados para no poner su peso en mi, sentía su mano en la orilla de mi blusa, empezaba a levantarla.

____: No Alonso, aquí no -Me separé de él.

Alonso: ¿Por qué?

____: Uhm ¿Por qué es un sillón? -Solté una leve risa.

Alonso: Eso se puede arreglar -Se levantó del sillón y me cargo en sus brazos, llevándome a su habitación, me recostó en la cama y se puso en la misma posición en la que estábamos, se acomodó sobre mi siempre cuidando no lastimarme, nuestros cuerpos se acoplaban perfectamente, tal como dos piezas de rompecabezas, mientas el roce de nuestros labios seguía, comencé a jugar con el borde de su playera.