El Pantano de la Tranquera

Ajetreo

Hoy vamos a hacer crêpes, para desayunar.
- Echa los huevos y la harina.
-ordenó mi madre.
-¡Ya está! -contestamos los dos.
-Oye, una cosa, ¿y la leche?, ¿la hemos echado? -dije yo.
-¡Mierda!, ¡se nos ha olvidado!
-gritaron mi madre y mi hermano.
-Bueno, pues hemos hecho pan.
-dije yo.
-¡Si!, ¡Jajaja!-rieron los dos.

Al final estaban buenas, con la nutella.

Después de un buen rato me aburría mucho y dije:
-¿Y si nos vamos al lago?
-pregunté.
- No, iremos mañana. -contestó mi madre.
-¡Jooooo! ¡me aburro!Ah, ya sé, me voy a la plaza (es centro del pueblo donde están todas las tiendas). -dije yo.

Al final Gabriel vino conmigo y "fuimos de tiendas".

-¿Gabriel, compramos ingredientes, para mañana, hacer otra vez crêpes? -le pregunté.
-¡Vale! -dijo él.
Total que nos fuimos a comprar, y estaba cerrada la tienda, nos fuimos a otra, y también estaba cerrada, pero no nos rendimos, y fuimos a una que estaba lejos, muy lejos, demasiado lejos...
Apenas sabíamos dónde estábamos, pero, más o menos, nos conocíamos la tienda.
Cogimos todos los ingredientes y fuimos a la caja, a pagar, pero, cuando nos dijo el precio, miré si tenía el dinero, y no lo tenía, se nos había olvidado. Y tuvimos que dejar todo en su sitio.

Al salir de la tienda, no sabíamos por donde habíamos venido.

Fuimos por un sitio estrecho y pequeño (nunca lo habíamos visto).

Oímos un gemido y un grito de dolor y nos asustamos tanto que Gabriel....se desmayó.
Me lo llevé corriendo.
Pero qué demonios está pasando. Pensé.
Se oían campanadas y pasos cerca de mí.
Empecé a correr, como si no hubiese un mañana; corrí, corrí y corrí... Pero me di cuenta que giraba en círculos, no podía salir.

Tenía miedo, porque oí un coche en marcha y aparcó al lado mío; salió del coche, (y no se le veía la cara). Él, me cogió.... pero me dí cuenta, que ese coche era igual que el de MI PADRE.

-Hijos, ¿estáis bien?-dijo mi padre asustado y preocupado.
- Eh... sí, supongo....-contesté asustado..-Papá, me tiemblan mucho las manos y Gabriel se ha demayado.
-Tranquilo, pero...¿Qué os a pasado? -preguntó mi padre.
-No lo sé....Yo solo corrí, corrí y corrí...-respondí asustado.

Hubo unos minutos de silencio y de repente....
-¡Gabriel se está despertando!
-dije yo muy contento.
-¿Dónde estoy? y ¿quién eres?
-dijo mi hermano.