Poesía barata.

23:59 (Lo último dé)

Son las 23:59 de
un odioso lunes,
no hay nada por delante;
ni sueños, ni metas, ni un
jodido "amor" de quinceañera.
Sólo el sonido de mis dientes
desgastándose.

Es increíble como se fue
en un segundo,
sin caravanas ni alaridos.
Se esfumó con un gatillo
y lo último
que hizo
fue
¡sonreírme!
Como si todo fuese
a estar
BIEN.
Era un:
"No hay cuidado,
bebé".

Llegué a creer que al día siguiente
ambos estaríamos
en alguna alcoba rentada
riéndonos del susto de muerte
que me había causado.
No quería ver.

Después, algo se extinguió
como un maravilloso
copo de nieve
transmutado en vil líquido
sin encanto.

Su mirada se apagó
la mía
lo hizo después.