No te rindas, me dice Benedetti al odio.
Y no lo hago, o tal vez sí, pero no en delante de ellos.
O no, al menos, delante mío.
Tal vez lo hago a veces, quién sabe, en secreto, cuando estoy dormido,
Cuando no me alcanza la vida y la muerte es un delirio.
No te rindas, me dice Benedetti, esta vez con mayúsculas,
Asegurando la firmeza en el mensaje, y la sensibilidad en su palabra.
Y no lo hago, o tal vez sí, pero solo un poco y en minúsculas,
con ausencias y dubitaciones, para poder remediar mi error con calma.
No te rindas, me dice Benedetti, con sus ojos no vivos,
su voz no fuete y su alma no despierta.
Y no lo hago, o tal vez sí, pero no con frecuencia,
Sólo a veces, con sutileza, cuando no alcanzo las utopías
que concibo en su presencia.
No te rindas, me dice Benedetti, ya no al oído, ni con mayúsculas,
Sino con sus ojos vivos, su voz fuerte y el alma despierta.
No lo haré, le confieso, pero pienso que es demasiado sacrificio,
Y no lo hago esta vez, ni nunca, pero es porque su ausencia está muerta.
Reptil.
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POEMAS MALDITOS
PoetryTal vez la mejor descripción es aquella que no se explica, sino que se siente. Si estremezco al menos a un lector habrá valido la pena el intento de este novato. Veamos cuántos asumen el reto