Si yo, tú. Si tú, yo contigo.
Como amigas, como hermanas.
Quizás no de sangre, pero sí de corazón.
En las buenas, pero sobretodo en las malas.
Sea de noche o de día, estar para ti, para apoyarte.
Quizás las verdaderas amistades no son las que son para siempre, sino las que dejan marca.