FIESTAS Y SORPRESAA

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Jack deseaba verse esplendido, aunque solo bastaba con sus cabellos Blancos y ojos azules como el mar. El usaba sus sencillas converse, sus vaqueros azules, una simple polera blanca y su chaqueta de cuero negra, su cabello rebelde que era un punto débil para las chicas.

Cuando Jack Frost estaba a punto de irse a la fiesta su hermana le pregunto que a donde iba tan Guapo pero, este la ignoro, no todo el tiempo le iba a decir a donde y con quien iba así que, cerró la puerta de la casa con fuerza la cual provocó que los señores Frost despertaran desesperados preguntándole a su hija a donde estaba Jack, ella respondió que se había ido a una fiesta, el padre indignado le dijo a su esposa.

-Eliner, ¿qué haremos con jack?-le dijo el hombre a la mujer.

-Norte, debes calmarte ya sabes cómo son los adolescentes hoy en día, además recuerda que tiene 17 años, ya no es un niño pequeño.

-Tienes razón, Elsa tendrás que ir a buscar a tu hermano a esa "famosa" fiesta, por cierto, ¿quién la organizo?.-le dijo a su hija que estaba tocando el piano.

-Astrid, pero papa sabes que no soporto ese tipo de fiestas, me niego-dijo la joven desofendiendo la orden de su padre.

-Elsa cariño as lo que tu padre dice, ve a buscar a tu hermano y después vuelves a practicar para tu recital.

*Suspiro*-está bien pero si Jack no accede a venir conmigo no le rogare ¿de acuerdo?- colocándole una condición a su padre

-Está bien- esa fue su palabra final con un beso en la frente de su hija

*En la fiesta*

Jack como siempre tenía el celular apagado, Elsa lo había llamado como 20 veces pero, no le contestaba así que no tuvo otra opción mas que entrar a la fiesta aunque la duda en su mente se presentó, ¿alguien la reconocería?, solo hubo una persona que la reconocio Hans Hofferson este le pregunto.

-¡Hola Ela! ¿Qué haces aquí?, creí que no te gustaban las fiestas-le dijo mirando a otro lado.

-Pues... veras vine a buscar a Jack que había salido de la casa sin permiso de nuestros padres-dijo Elsa al chico colorín.

-¿Te gustaría bailar?....digo para pasar el rato-dijo este.

-No gracias, prefiero ir a buscar a Jack, igual gracias por la invitacion- dijo, pero sintió que alguien le agarro la mano antes de irse a buscar a su hermano.

-Hans, por favor déjame, tu sabes que no me gustas, por favor deja de insistir... ¡SUELTAME!-dijo la joven enfadada.

-Está bien te voy a soltar pero, con una condición-al decirle eso a la joven esta pensó lo peor y se fue corriendo sin saber a dónde iba.

-¡ELSAAA! VUELVE AQUI- amenazándola.

Elsa ignoro al chico de pelo rojizo y sin darse cuenta choco sin más ni menos que con su hermano, Jack miro extrañado a su querida hermana.

-Els ¿qué haces aquí?-preguntándole algo molesto.

-Mama y Papa me dijeron que te viniera a buscar pero, veo que ya estas por irte-le dijo con sarcasmo.

-Si pero, déjame pasar al baño-suplicándole.

-Aaahhss está bien pero, date prisa mira que no tengo toda la noche-le dijo a su hermano algo molesta.

El peliblanco estando en el baño se froto la cara,-¿qué me pasa?, ¿por qué ciento que algo malo va a pasar?- este al salir del baño escucho un ruido. Parecía como si alguien se hubiera caído o algo parecido.

El ruido venía de la puerta de al lado. Trago saliva, camino a paso algo acelerado y abrió la puerta de dónde provenía el sonido. Dios santo, esa habitación, era la oficina del padre de Astrid y Hans. Sin embargo, eso no fue lo que lo sorprendió, lo que hizo que sus ojos se abrieran fue ver a una bronceada chica de aproximadamente su edad. Esta estaba con una pistola en mano, el arma echaba humo, como si acabara de utilizarla y vaya que lo fue. Jack desvió sus ojos hacia el suelo, ahí estaba. Ahí estaba ni más ni menos que Cristobal Hoffersun, el padre de la chica que lo había invitado a la fiesta.

Los ojos del señor estaban desorbitados, un charco de sangre color carmesí estaba a su alrededor. Maldita seas, Perra maldita mato al padre de Astrid Hoffersun

-Vaya, Pero que chico más entrometido-dijo la chica, sonriendo burlonamente. Alzo el arma y apunto al pecho de Jack.

-Lo siento... pero no puedo dejarte vivir después de lo que acabas de presenciar.

Que jodida es la vida, el muchacho de cabellos Blancos solo quería pasar un buen rato.

Pero ahora se encontraba ahí, en el umbral de una puerta café siendo apuntado con un arma de fuego en el pecho por una chica que posiblemente tenga su misma edad. ¿Ese sería su fin? ¿Lo seria?

Que ironica es la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora