Capítulo 5: Again and again.

216 9 4
                                    

Desperté. El día de hoy prometía.¡Mi verano ya había empezado!, desayuné y me vestí, había quedado con Alex para pasar el día juntos. 

Arranqué mi pequeño coche (si eso puede considerarse coche) y me dirigí a su casa. Llamé al timbre.

-¡Hola Polly!

-¡Hola señora Collins! ¿está Alex?

-Si claro, pasa.-dijo invitándome a entrar.

-He hecho magdalenas, ¿quieres?

-No, muchas gracias, acabo de desayunar.

-Ah, bueno, Alex está arriba, vé y dile que baje, que él aún no ha desayunado.

Subí las esclaeras y abrí la puerta. En aquel momento, se paró el tiempo, no podía reaccionar, me temblaban las piernas y empezaron a entrarme escalofríos: Alex estaba fumando maría.

-¿¡PERO QUÉ COÑO TE PASA A TÍ!?- le grité lo más fuerte que pude. -¿¡TANTO ESFUERZO POR PARTE DE LOS DOS Y AHORA ME HACES ESTO!?

-Polly, yo....-intentó disculparse Alex.

-No hace falta que te disculpes, es obvio que todo este tiempo no ha significado absolutamente nada para tí. Yo pensaba que habías cambiado Alex, yo te ayudé.

Lloré. Lloré con mucha fuerza, tal vez me lo estaba tomando demasiado a pecho, pero aquello me afectó muchísimo. No podía creerme nada de lo que estaba pasando.

Cerré la puerta y me dirigí a mi casa. Ya no tenía ganas de nada, y mucho menos de pasar la tarde con aquel imbécil. 

Me dirigí a mi cuarto y tirada en la cama, continué llorando hasta que me quedé dormida. Al cabo de unas horas, me despertó el sonido de mi teléfono. Era un mesaje de Alex: "Hola princesa, bueno, sé que estás más que disgustada conmigo, pero me gustaría muchísimo hablar contigo sobre esto y no creo que hablarlo por aquí sea lo mejor. Ven cuando puedas a mi casa. Te amo."

En ese mismo insatante, a unos cuantos kilómetros...

Narra Luke:

-Buenos días chicos!- nos despertó mi madre, como siempre.

Aquel día iba a ser intenso, teníamos un concierto y necesitábamos mucha energía. Desayunamos, nos arreglamos y nos dirigimos al Consol Energy Center (Pittsburgh).

Al terminar el concierto, nos dirigimos al backstage. Observé que Harry estaba hablando con un hombre vestido con traje de chaqueta, con pinta de tener mucho dinero. Harry me miró y le dijo algo  a aquel hombre, que me invitó a unirme a la conversación.

-Así que tú eres el famoso Luke...-me dijo.

-Eso parece jaja-le respondí.

-Humm, no te imaginaba así, bueno, me presento: soy Carl Matthews y soy dueño de una discográfica muy importante aquí en Pittsburgh. Sería un honor para mí y para mi equipo que os acercárais a mi estudio. ¿Puedo contar con vosotros?

-Bueno Sr.Matthews, tendré que consultarlo con mi grupo. Pero seguro que estarán encantados.

-Claro, pregúntalo, para cualquier cosa, llamadme.-me dijo entregándome una tarjeta suya.

-¡Papá! ¿podmeos irnos ya? ¡llego tarde a clase de yoga!- se oía una voz de lejos.

-Perdonad, pero he de irme, que mi hija se pone histérica. Un placer haber podido contactar con vosotros.- se despidió.

-El placer es nuestro, Sr. Matthews.-respondió Harry.

-Qué hombre más extraño, ¿no?- le pregunté a Harry.

-Jajaja, como se nota la falta de experiencia, todos los dueños de discográficas importantes son así, pequeño saltamontes.-me respondió.

-Usted perdone, jefe.

En la habitación de Alex, Sídney:

-Bueno, ¿qué quieres decirme?- pregunté indignada.

-Lo primero, antes de nada, disculparme por haberme comportado como un aunténtico imbécil. No te mereces un novio así, tu vales muchísimo Polly, y yo en cambio estoy portándome mal contigo...

-No es solo por mí, es también por el daño que te estás haciendo a tí mismo.- le interrumpí.

-Es cierto, pero quiero pedirte disculpas, aunque sé que no me las merezco. 

-Supogno que errores cometemos todos.- Respondí. -Para tí dejar esto por completo ha sido muy difícil, así que no debería haberme comportado de esa forma y en lugar de irme, haberte ayudado.

-Entonces, ¿estoy perdonado?

-Lo estás.

Y nos besamos, nos besamos lentamente, despacio, tanto él como yo queríamos disfrutar de ese momento lo máximo posible. Aquel beso sabía dulce.

-Cariño.-interrumpió Alex.-por si mi disculpa no funcionaba, he alquilado una película que sé que te encanta.

-¿Cuál?

Me mostró la carátula de mi peli favorita: La vida es bella.

-¡Ay! pero si te negabas a ver esa película, ¿no?

-Ya...jajajaja lo hago por tí.

-Qué rico eres.

Nos sentamos en su cama y encendió la tele.

A mitad de la película, noté como Alex no paraba de darme besos alrededor del cuello. ¿Qué hacía? no sabía si prentendía lo que yo  pensaba, pero me dejé llevar, ¿por qué no? su casa estaba sola y nadie podía oírnos. Nos besábamos más apasinadamente que nunca, este beso era mucho más dulce que el de antes. Escalofríos recorrían nuestros cuerpos y se escapaba algún que otro gemido. Empezamos a desnudarnos mutuamente, rozando nuestros cuerpos el uno con el otro. Alex alcanzó el mando y apagó la tele. No íbamos a seguir viendo la película. Noté como me daba aspequeños besos que iban bajando cada vez más abajo, y algún mordisquito. Así fue mi primera vez.

UnpredictableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora