Nunca he tenido una familia de verdad. Ya sabes, un papá que te llevara a ver el béisbol o una mamá que me acobijara en las noches frías, hermanos que compartieran mi sangre. Nunca conocí a mis padres y creo que a ellos tampoco les importó conocerme. Fredy dice que me encontró en un bote de basura. Eso debe explicarlo todo. Tampoco es que los necesitara, puedo estar bien sin ellos. Crecí en las calles. Las calles fueron mi padre, mi madre y mi profesor. Sobrevivo como puedo junto a la gente que me importa y puedo llamar familia. En la "familia" a la que me refiero no compartimos lazos de sangre. Es algo mas allá. Mas allá de la amistad. Compartimos las alegrías, las tristezas, el hambre, el deseo de sobrevivir. Nos cuidamos unos a otros sin esperar nada a cambio, solo confianza.
Me levanto de la cama. El día parece caluroso, miro por la ventana y me encuentro con el mismo retrato de cada día. Casas de madera a punto de caerse, el loco Joe tirado sobre la cera pidiendo limosna. Las prostitutas intentando conseguir clientes , un hombre comprando drogas. Si, esto es San Carlos. Voy hacia el baño. Toco la puerta.
-Está ocupado- Responde Lauren desde el otro lado.
Me alejo y camino hacia la cocina con las lagañas aun alojadas en mis ojos. Freddy y Jacob están sentados en la mesa esperando el desayuno. Detrás de ellos Samuel está friendo salchichas.
Todos me dicen "Buenos días" al mismo tiempo.
-Espero que hayas dormido bien.- dice Freddy. Freddy fue quien inicio esta familia. el nos encontró, nos salvó y nos dió un hogar. El ha vivido toda su vida aquí, en San Carlos. Nunca tuvo a alguien que velara por el, que se preocupara por el . Estaba solo contra el mundo. Ha robado y asaltado pero solo para sobrevivir. El pan no llega solo a la mesa, hay que ir a buscarlo. Nunca ha matado a alguien. No hay necesidad de quitarle la vida a otra persona por dinero o por un celular. Tiene su propio código. Un código que todos los miembros de esta familia seguimos.
1- No matar.
2- No robar a niños.
3- No hacer daño a ningun miembro de la familia.
Nunca se impusó un castigo si alguien rompía alguna regla del código porque nadie las rompía. Era algún tipo de código de honor. Rompías una regla y perdías tu orgullo y la confianza de los demás. Eso basta para nosotros, basta para no romper las reglas. Samuel sirve el desayuno y lo pone sobre la mesa. Un pan y una salchicha para cada uno. Debemos administrar bien la comida.
-¿ Dormiste cómodo, manzanita?- dice Alejandro. Siempre le ha gustado llamarme manzanita. Mi primer robo fue en un puesto de fruta. Intenté robar una manzana y el dueño me encontró en el acto. Corrí tanto ese día que los pies se me hincharon, cunado llegué a casa Alejandro se río de mi por toda la semana y se le ocurrió ponerme ese apodo. No me agrada ese sobrenombre y ya le he dicho miles de veces que no me llame así, el problema es que hablar con él es como hablar con un muro de cemento. Cuando se le mete algo en la cabeza no lo suelta por nada del mundo.
-No le hagas caso James. Es solo un hablador que tiene de pasatiempo molestar a otros.- dice Samuel. Él es el mas calmado de todos nosotros. Se la pasa leyendo los libros y revistas que encuentra en el basurero. No podemos darnos el lujo de comprarlos. No habla mucho y cuando lo hace es cuando hay algo importante que decir. Le gusta cocinar y protege su cocina con mano de hierro.
- Eres un pesado, Samuel. Solo nos estábamos divirtiendo.- dice Alejandro rodeándome con su brazo mientras esboza una sonrisa.
-Yo no me estaba divirtiendo mucho- digo en un tono sarcástico.
-Que vas a saber tu lo que es la diversión. Hombre, si tienes el sentido del humor de una cucaracha a punto de ser aplastada por un camión. - Retira el brazo. Freddy se ríe un poco.
No le hago caso. He aprendido a convivir con el desde hace ya mucho tiempo y cuando dice cosas como esa solo lo ignoro. Soy muy divertido, quizás no muy interesante ni apuesto pero si soy inteligente y divertido. Lauren entra a la cocina y se sienta en la mesa. Ya estamos todos. Laurel fue la ultima en entrar a nuestra familia. Aún recuerdo el día que la encontramos temblando en la calle en una fría noche de invierno. Estaba sucia y llevaba vestido unos trapos rotos y llenos de sudor. Sus ojos estaban enrojecidos de tanto llorar . Con solo 11 años su padre la obligaba a prostituirse. Un día no aguantó más y se escapó. Vago sola por las calles hasta que la encontramos.Al principio no confiaba en nosotros y no la culpo, Debió hacerse le muy difícil volver a creer en un hombre. El tiempo pasó y ella cada vez se acercaba mas a nosotros hasta llegar a lo que somos hoy. No le gusta hablar mucho sobre su padre y su pasado. Hay heridas que no sanan del todo y es mejor no abrirlas.
El celular de Freddy suena, lo abre y mira el número. "No conozco este número de celular" dice. Lo contesta.
-Si, ¿ Quien es? - dice Freddy. La voz dice algo que no llego a oír. Debe decir muchas cosas porque Freddy está muy atento a la llamada sin responder nada. La llamada termina y Freddy se ve pensativo, un poco preocupado. Se pone de pie y va al fregadero para lavarse la cara. Cuando termina nos mira con fijamente con sus ojos café.
-¿Que ocurre? ¿Quien era?-Pregunto.
-Nuestra oportunidad de salir de este basurero.- Sus palabras hicieron eco en nuestra pequeña casa de madera.
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Robo al Banco de la calle 12
AkcjaJames es un joven de San Carlos. El barrio mas pobre de la ciudad de Playa Tejada. Desde pequeño ha tenido que usar el crimen para sobrevivir. Su forma de vivir no le gusta y desea dejarlo pero no puede. Es eso o morir. Una inesperada propuesta pod...