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Un chico de unos veinte años se encontraba huyendo de unos mandarines, mientras escondía un pan entre su ropa y manos. En su hombro se encontraba un pequeño mono con ropa árabe y sosteniendo su pequeño hombro.
Aquel chico era un alfa y era de nombre Tyler, aquel alfa era un chico pobre y robaba para ganarse la vida. Ya que tenía que robar un poco a seguido al día ya que cuidaba a alguien.
Mientras corría el alfa, se chocó con un mandarin que casi lo atrapaba pero el alfa salto con agilidad a un contenedor lleno de peces haciendo que el mandarín sacará su espada con intención de lastimar al joven. Pero rápidamente el alfa salto al lado del mandarín haciendo que el mandarín rompiera con su espada en contenedor lleno de peces.
En el acto, el mono pequeño le mostró al mandarín la lengua y el alfa aprovecho para atrasar y burlarse del mandarín bajando su pantalones y dejándolo en ropa interior
— Robar, sólo lo que se vital. Nico — Sonrió burlonamente el alfa hacia el mono levantando su brazo hacia el mono para que se encimara en el — Es decir, todo.
Rápidamente el joven se fue corriendo para ver un mandarín a unos pocos metros de el, pero el mandarín rápidamente intentó atacar al joven con su espada siendo fallido el ataque ya que el alfa se protegió con una tabla de madera.
— No hay más, no es jugar. Probar, que no tengo ni un dinar. — Alegó el alfa con una sonrisa orgullosa hacia los mandarines que estaban a unos metros abajo de el ya que el joven se subió a unos contenedores de madera.
El monito del alfa de encontraba a lado de el con una sonrisa feliz para luego empujar a patadas un contenedor de madera a lo mandarines siendo logrado el lanzamiento.
— ¡Rata! ¡Pillo! — Gritaron algunos mandarines mirando con odio y frustración al alfa. — ¡Vago! ¡Toma!.
Gritaron lanzando cosas al alfa que ahora se encontraba en un tipo de soporte de trabajo.
— Sólo un bocadillo. — Se excusó el alfa con una gentil sonrisa.
— Hay que hacerlo picadillo — Hablaron molestos los mandarines mirando al alfa.
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El joven había saltado varios techos de tela de tiendas de la calle hasta caer en una ventana de tres pisos de unos de sus saltos.
Al ver la habitación, notó que era una clase de mujeres.
— Quien? Oh! El chico causa tanta pena — Dijieron dos omegas algo serias ya que sabían como era el alfa por su popularidad en las calles.
La maestra que se encontraba acomodando cosas y limpiando un poco, miro con disgusto al alfa y hablo
— A los padres culpó que no tenga —Dijo con disgusto e indiferencia al alfa mientras decía eso.
— Comer para vivir, robar para comer. Ya te contaré en otra ocasión. — Se excusó el alfa pasando entre las omegas a otra ventana y siendo levemente empujado por una de las omegas para que se fuera.
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Un alfa dominante mostraba alrededor de un grupo sus musculos mientras mandarines corrían buscando a Tyler.
Detrás del alfa dominante, se encontraba Tyler imitando la posesión del otro alfa para que los mandarines no lo vieran.
En un momento, el alfa dominante cambio a una pose que Tyler no se esperaba dejándolo expuesto, luego el alfa se fue corriendo saltando encima del pelaje de algunas ovejas con delicadeza y agilidad.
Detrás de él a unos metros se encontraban los mandarines siguiéndolo frustados por no alcanzarlo muy bien.
— Mejor será esconderme en un rincón. —Agregó Tyler mirando a Nico en su hombro sonriendo.
Entre la escalada, Nico miro joyas y se colocó algunas sonriendo con orgullo para luego ser agarrado por el vendedor con enojo, Tyler rápidamente lo notó y jaló a Nico hacia el rompiendo el collar entre el vendedor y Nico.
— Escándalo — Dijo una Beta de unos cuarenta años algo preocupada por todo el ruido.
— Calmense un instante — Retrocedió Tyler sonriendo algo despreocupado pero a la vez intentando contener su nervios.
— Pienso que es muy excitante. — Hablo una anciana de un puesto jalando a Tyler a ella mirando su físico y rostro con una sonrisa maliciosa.
Tyler sonrió algo familiar acostumbrado a esos elogios de las ancianas, rápidamente rodo los ojos aún con su sonrisa y huyo.
— Comer para vivir, robar para comer. Y mejor, yo ya me voy — Antes de que los mandarines reaccionarán, Tyler ya se había ido.
Entre los puestos que pasaban, corrieron encima de un señor que caminaba encima de rocas recién calientes, luego en otro de un señor que metía una espada en su boca como truco de magia que estaba rodeado de personas.
Luego de un rato, llegaron a un puesto de un anciano que tocaba la flauta, Tyler rápidamente notó a los mandarines a los dos callejones que quedaban y notó la soga que colgaba.
Mientras huía, el alfa subió escaleras de un edificio, al subir unos escalones, los mandarines saltaron y Nico se asustó por el shock para luego ser jalado por Tyler dentro de una ventana que estaba a lado.
— Ahí voy, y si me desean buen aterrizaje sólo tengo que ¡Saltar! — Hablo Tyler agarrando una alfombra y correr a una ventana mientras los mandarines lo seguían a toda prisa.
Mientras caían, los mandarines cayeron en lodo, tierra y escremento siendo recogido por un señor.
Mientras Tyler huía, aterrizó en un callejón debajo de un gran puente que estaba conectado a la calle principal.
Al levantarse, notó a una persona figura acostada débilmente mientras un gato de color negro se acurrucaba en el pecho de la persona.
— Naira, mira. Traje pan. — Alegó el alfa con suavidad acercándose a la niña que estaba dormida algo débil por no comer mucho.
Al acercarle el pan, la niña sostuve la comida y le dio un mordisco para luego darle unos trozos al gato.
— Me duele... — Alegó la niña tocando las vendas que cubrían la parte de toda su muñeca.
El alfa suspiro y asintió mientras hacia que la niña comiera aún más.
Cuando Tyler iba a comer, notó a varios niños mirándolo con súplica queriendo comer también. Tyler al ver los ojos de los niños, suspiro y le dio un pequeño mordisco al pan y darle el resto a los niños mientras ellos se iban felices sin antes agradecer al alfa.
