‧͙⁺˚*・༓☾ 𝑆𝑎𝑏𝑖𝑎 𝑒𝑠 𝑚𝑎𝑚𝑎́ ☽༓・*˚⁺‧͙

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𝗗𝗲: 𝗡𝗮𝗶𝗿𝗮
𝗣𝗮𝗿𝗮: 𝗦𝗮𝗺𝗮𝗻𝘁𝗮 {𝗧𝘆𝗹𝗲𝗿}
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𝔸𝕌 ℙ𝕒𝕟𝕕𝕠𝕣𝕒


Una omega de unos dieciséis se encontraba caminando entre el bosque hacia su hogar. La omega tenía de nombre Samanta

La omega era una na'vi, y era una de las ayudantes de investigadores de habitad, básicamente era como una ayudante o aprendiz de investigadores que exploraban o imvestigaban sobre la vegetación y habitad del mundo de Pandora ya que era un mundo lleno de habitad nueva y muy diferente al mundo terrestre.
Pero eso muchos años detras, en ese entonces la omega tenía unos nueve años y desde un  accidente en el trabajo de los investigadores tuvieron que vivir como le dice su maestra, 𝙽𝚊'𝚟𝚒𝚜, aquellos eran una versión menos humana de unos dos metros, piel azul, cola y orejas, etc.

Y para decir en contexto, en el clan omaticaya, no podían acercarse y menos enamorarse o salir con uno de ellos. Ya que la mayoria del clan decía que eran peligrosos y salvajes y no se equivocaban ya que la mayoría si los intentaron matar. Pero ¿Como les dicen a las reglas? Las reglas son para romperse.

La omega se había enamorado de un Avatar de nombre Tyler de unos veinte años, y para acabar era de esos caminantes de los sueños, la omega y el alfa se habían conocido en una caminata de cada uno entre el bosque y flores, su encuentro había sido tal dicho como cuento de hadas pero era una regla prohibida en su clan y la había roto en casi todos los sentidos. No podía explicar cómo fue que se enamoró pero había quedado completamente flechada pero...

Samanta tenía un problema, su clan no aceptaría su relación, bueno, algunos de sus amigos si pero había una de sus amigas que en particular hacia que Samanta se pusiera nerviosa al instante.

ℕ𝕒𝕚𝕣𝕒

Aquella chica era una alfa de unos quince y era su mejor amiga, su amiga había crecido en infidelidades de parejas, peleas, insultos y amores falsos. Así que básicamente no creía en el amor verdadero y apoyaba demasiado la regla del clan y su padre era un avatar que al final fue un infeliz haciendo que su madre dejará a la alfa al cuidado de la líder Tsahik.

Aunque el cuidado de la líder fue gentil y amoroso, no era igual al de una madre real.

Ahora Samanta se encontraba caminando entre su clan buscando a su mejor amiga Naira.

¿Por que la buscaba? Fácil. Naira se podría decir que también que era como la madre de Samanta en algunos temas y en este momento, es su madre y quería más la aprobación de Naira ya que tenía que decirle para ver su reacción.

Luego de uno rato buscando la omega a la alfa y de tantas preguntas para poder encontrarla, al fin la había encontrado.

La alfa se encontraba volviendo de una expedición con los niños del clan, junto a ella estaba un na'vi de unos diesiocho años, de nombre kai. El había tenido una hija con una avatar del clan pero la omega se fue con otro dejando a la bebé con el padre.

Samanta le hizo señas a Naira llamando su atención, rápidamente la alfa se despidió del na'vi y se acercó a Samanta

— Sucede algo, Samanta? — pregunto la alfa con curiosidad por los nervios de su mejor amiga.

— Podríamos hablar en un lugar más... Privado? — Confesó la omega esperando la respuesta de la alfa.

— Claro. — Alegó Naira tranquila.

Samanta y Naira se encontraban en un lugar un poco alejado del clan ya que Samanta quería más privacidad para poder conversar

—Bueno... Te quiero confesar algo.. — Alegó Samanta con leves nervios que hizo que Naira inclinara su cabeza a un lado curiosa. — Estoy saliendo con alguien. —

Al escuchar eso, la expresión de Naira cambio a una sombría y sería acomodando su cabeza recta y cruzándose de brazos


Ahora el ambiente se encontraba tenso por el silencio incómodo de ambas

— Y crees que le agradas? — Empezó Naira la conversación, sus preguntas en estos temas eran un poco groseros pero en realidad estaba haciendo que la otro/a na'vi reflexionara

—Yo... Creo que le agrado también... — Alegó Samanta con una sonrisa dulce desviando la mirada pensando en aquel avatar.

— Le agradas? Pero Samanta, ¡que demencia! —Exclamó la alfa algo sarcástica empezando a soltar feromonas algo axfisiantes.

—Pero Naira yo- —Intentó hablar Samanta pero fue interrumpida por la alfa.

—No debiste irte, claro esta.— Explicó la alfa recordándole a la omega su huida al bosque y el regreso de un largo tiempo haciendo que Samanta suspire algo culpable. — Todo este romance que hoy inventas, nos muestra tu inocencia profunda~... —Alegó la alfa colocándose detrás de la omega mientras colocaba sus manos en los hombros de la omega mientras inclinaba su cabeza por uno de sus hombros y sonreía un poco.

— Que tu le agradas.. ¿Por que sería? ¡Mirate! Crees que se impresionó?— Exclamó Naira algo molesta mientras señalaba el cuerpo de Samanta, ya que no quería que algo malo le pasará.

—No seas bobita, ven con mamita... —Alegó Naira con una dulce sonrisa — 𝑆𝑎𝑏𝑖́𝑎... —Hablo en un tono leve cantado la alfa para poder hacer entender a su amiga.

— ¡No! — Exclamó algo nerviosa la omega hacia la alfa.

Naira que se encontraba un poco alejada de Samanta, y estaba de espaldas, rápidamente giro su cabeza hacia la omega.

— No?... — hablo sombriamente la alfa — Oh... — rápidamente naira se colocó frente a samanta — Ahora es así.. —

— Muy bien, Samanta, tan sabía y tan madura.—alegó la alfa con una suave sonrisa pero con unos ojos sombríos. —Una dama muy formal. —hablo naira dándole unas palmaditas al hombro de la omega. — Muy bien, Samanta. Si estas tan segura. Dale esto y ya verás. —Alegó Naira sacando una tableta tecnológica de los caminantes de los sueños para luego ser lanzada a las manos de Samanta, la omega al ver el contenido de la tableta se dio cuenta que era la ubicación y puntos débiles del clan.

—De donde lo- —

—Esto quiere el! No te equivoques!! Dáselo y comprobarás... —

— Lo hare. —

— Créeme que asi, va a abandonarte. ¡Sabes que te lo adverti! —Exclamó Naira algo molesta— !Sabía es Samanta! Si el es tan bueno, ponlo a prueba. Y sabrás. —Alegó Naira caminando a una montaña siendo seguida por Samanta.

—¡Naira, espera! —Alegó la omega extendiendo la mano hacia la alfa al ver que no se detenía al acantilado de la montaña.

—No te quejes, si te miente. ¡Sabía es Mamá! —Al terminar la última frase, la alfa rápidamente se dejó caer al acantilado para luego ser visible estando montando a su ikran e irse.

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𝟏𝟏𝟎𝟔 𝐩𝐚𝐥𝐚𝐛𝐫𝐚𝐬

:•:•:•:•:•:•:•☾☼☽•:•.•:•.•:•:•:•:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora