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Otra vez estoy aquí, como el gillipollas de siempre.
Pensáis en lo cojida que es la vida, en como te agarra a patadas. Que tu vida es como una puta moneda, gira y gira siempre cayendo la misma cara, que por suerte es la que no escogiste.
Veis como las palabras se las llevo el viento, mientras que las tuyas ni un tornado se las lleva. Ves como todo se torna vacío, oscuro. Te acuestas viendo el techo, viendote a ti mismo hace unos meses atrás, sonriente, viviendo su vida, teniendo lo que necesita, ingenuo, sin conocerse, sin saber la jodida tormenta que le venía. Pensáis en todo, en la cordura que perdiste, en lo solo que empezaste a estar.
Cierras los ojos, apretais los puños, el corazón a mil, tratáis de dormir, deseáis despertar cuando toda esta mierda acabe.
Queréis auto destruirte, física y emocionalmente, queréis hacerte pedazos, más de lo trizas que te hicieron por dentro. Razgarte, cortarte, sacarte el corazón, darte un culiao coñazo en la cabeza y quedar inconciente.
Imagináis como sería la vida sin ti, como serían las personas a tu alrededor. Te llenas de impotencia, no poder salir del oyo en el que estáis metido, estas ahogandote, cada vez hundiendote más, viendo como los demás pasan por tu lado y ningún gilipollas viene a sacarte.
Te ahogas en alcohol. Fumas descontroladamente, prefieres el dolor de quedarte sin respiración a causa del cigarrillo, que el dolor de que alguien más te la quite y nunca más te la devuelva.
Todo está oscuro, el sol sigue jugando a las escondidas. Quieres tener coraje para acabar el juego de una jodida vez, de una u otra forma.
Te veis en el café, solo, cansado. Tratáis de sonreír, de cambiar tu aptitud, pero no logras ni un cuarto de cambio.
Estáis jodido...
